Israel: casi la mitad de los cristianos menores de 30 años quiere dejar el país

Vía Crucis en Jerusalén
Una encuesta realizada por el Rossing Center muestra una situación preocupante. Al comentar los resultados, los autores hablan de una "preocupación creciente" en la comunidad cristiana ante la "erosión percibida de los espacios simbólicos y físicos" de las tierras donde nació Jesús.
Uno de cada tres cristianos en Israel desea emigrar (casi el 50% de los menores de 30 años), en un contexto de escalada de ataques contra la minoría por parte de grupos extremistas judíos o movimientos vinculados a los colonos, y de una percepción generalizada (casi el 40%) de discriminación por parte de los agentes del Estado. Entre los temas más preocupantes para el futuro figura el éxodo.
El creciente deseo de emigrar afecta a gran parte del Oriente Medio, incluidas las comunidades del Santo Sepulcro. Un "número significativo" de los encuestados (36%) afirma "considerar" la posibilidad de abandonar su tierra; un deseo menos extendido en Jerusalén Este (16%), pero que afecta a casi la mitad de los habitantes de Haifa (48%).
Entre los factores que más influyen en esta decisión se encuentran la seguridad (44%) y la situación sociopolítica (33%). En cuanto a la geografía, en Jerusalén Oriental predominan las preocupaciones sociopolíticas (81%), mientras que la seguridad es un factor menor (19%). En el centro de Israel, las preocupaciones sociopolíticas ascienden al 45%, mientras que las relacionadas con la seguridad alcanzan el 27%.
Los vínculos familiares (52%) y religiosos (24%) son decisivos en la decisión de quedarse, pero también lo es el reto de "empezar de nuevo en otro país". Además, la cuestión de la emigración va acompañada de la baja natalidad de los cristianos. Esto empuja a los cristianos a abandonar el país.
Por otra parte, las escuelas cristianas, que se encuentran entre las mejores, imparten una enseñanza de gran calidad que facilita su partida. Por último, los cristianos "se sienten integrados en el mundo y piensan", según el informe, "que es más fácil integrarse en Occidente, lo que tal vez podría favorecer la emigración, pero sigue siendo una hipótesis que podría ser objeto de un estudio futuro".
Los ataques contra los cristianos aumentaron en 2024, con 111 incidentes confirmados frente a 89 en 2023, de los cuales 46 fueron agresiones físicas, 35 contra bienes de la Iglesia y 13 casos de acoso. La mayoría de los agresores parecen pertenecer a comunidades ultraortodoxas y nacionalistas religiosas; las víctimas son miembros del clero o personas que llevan símbolos cristianos visibles.
"Las cifras", subraya Hana Bendcowsky, directora de programas del Centro Rossing, "son solo la punta del iceberg. En comparación con el año anterior, hay un aumento. Uno de los factores es la situación política: el extremismo y la polarización de la sociedad conducen a un menor interés por las minorías, combinado con una mayor agresividad".
Según las últimas cifras publicadas por la Oficina Central de Estadística de Israel, la población al 31 de diciembre de 2024 se estima en 10,027 millones de habitantes. De ellos, 7,707 millones (76.9%) son judíos, 2,104 millones (21%) son árabes y 216,000 (2.1%) están clasificados como otros, incluidos los residentes extranjeros. El país cuenta con 180,300 cristianos (1.8% de la población).
"Por un lado, hay más miedo a reaccionar ante la violencia debido a la poca cobertura de los incidentes contra los cristianos, que los líderes del Estado judío comentan muy raramente", subraya Hana Bendcowsky. Además, los autores de los atentados "provienen en su mayoría de un entorno religioso extremista".
Los casos más frecuentes de violencia son escupitajos y amenazas contra cristianos, incluso durante ceremonias religiosas o peregrinaciones, mientras que los ataques se dirigen principalmente a extranjeros o a quienes llevan símbolos característicos de la fe, como cruces.
"Es imperativo", afirma el estudio, "tratar los incidentes de agresión con la mayor seriedad, pronunciar condenas y asegurarse de que los agresores sean llevados ante la justicia". En cuanto a las relaciones con las autoridades, explica Hana Bendcowsky, la Iglesia observa "una falta de diálogo o una mala comprensión de las necesidades: el diálogo se lleva a cabo a nivel local, pero se escucha poco".
Fuentes: Asianews/InfoCatolica – FSSPX.Actualités
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