Juicio en el Vaticano: el exdirector de la AIF afirma haber actuado de buena fe
René Brülhart
En el banquillo de los acusados, René Brülhart, el "James Bond" suizo –reputado abogado friburgués, engalanado con este apodo por su elegancia– proclamó su inocencia. El 5 de abril de 2022, todas las miradas estaban fijas en él en la sala polivalente de los Museos Vaticanos, escenario de un juicio sin precedentes.
El abogado, contratado en otoño de 2012, al final del pontificado de Benedicto XVI, llegó coronado por su éxito en Liechtenstein: había logrado poner al principado en línea con los estándares internacionales en materia financiera, convirtiéndolo en el candidato soñado, en Roma, para tomar el timón de la antigua Autoridad de Información Financiera (AIF) rebautizada como ASIF desde el escándalo de Londres.
Diez años después, los tiempos han cambiado: René Brülhart subió al estrado para defenderse de la acusación de abuso de poder en el contexto de la transacción financiera del edificio de Londres (Reino Unido) que es el punto principal del juicio que tiene lugar dentro de los muros del Vaticano.
"Siempre he sido transparente con mis superiores, y siempre he respetado las leyes del Vaticano, trabajando para los fines asignados de acuerdo con las instituciones del Vaticano", declaró el abogado friburgués, recordando que había sido recibido en audiencia por el Santo Padre en compañía del secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, el 2 de marzo de 2019, precisamente para hablar del edificio de Londres.
La Santa Sede temía entonces perder el control del edificio en el que había invertido una gran cantidad, a causa de las mil acciones con derecho a voto, que todavía estaban en manos de un turbio intermediario, Gianluigi Torzi. Para poner fin a toda relación con este último, el sustituto de la Secretaría de Estado pidió entonces la ayuda de René Brühlart, como lo confirmó el actual sustituto, monseñor Edgar Pena Parra, sucesor de monseñor Angelo Becciu en este cargo.
Para el promotor de justicia, Alessandro Diddi, el equivalente a un fiscal general: el Sr. Brülhart y su agencia deberían haber detectado el riesgo de fraude y detenido el trato antes de que ocurriera. Al ser consultado sobre las supuestas "actividades sospechosas", el exdirector de la AIF respondió: "nosotros habíamos notado irregularidades, y actuamos movidos por el deseo de aclarar todo".
"El valor de la propiedad londinense -especificó René Brülhart- era entonces de 270 millones de euros, de los cuales el 3%, o sea, unos 10 millones de euros, debían pagarse al intermediario Gianluigi Torzi", con el objetivo de cerrar las negociaciones y recuperar el control del edificio en Sloane Avenue.
Estas declaraciones no parecieron convencer a Alessandro Didi, recordando este último al imputado que la investigación había revelado que el intermediario había recibido no 10 sino 15 millones de euros, en dos facturas: "¿los 5 millones adicionales no deberían haber resultado en una declaración de la AIF de actividad sospechosa?", preguntó el promotor de justicia.
"Yo no estaba al tanto de esos famosos 5 millones, eso lo supe por un mensaje de WhatsApp de monseñor Carlino", se defendió el exdirector de la Autoridad de Información Financiera del Vaticano, devolviendo el balón a la oficina del sustituto de la Secretaría de Estado, de la cual monseñor Mauro Carlino era el secretario, bajo la dirección del cardenal Angelo Maria Becciu y su sucesor, monseñor Edgar Pena Parra.
De vuelta al personaje clave
La audiencia se reanudó por la tarde, con el segundo interrogatorio de monseñor Mauro Carlino. Este último negó haber estado en Londres el 1 de mayo de 2019 porque, según la fiscalía, viajó en un vuelo de RyanAir procedente de Nápoles: "El 1 de mayo es un día festivo en el Vaticano", dijo el exfuncionario de la Secretaría de Estado.
Y para fortalecer su coartada, añadió: "Hice arreglos con un amigo para ir a Campania, almorzar con las religiosas y ver el partido de fútbol en Lecce, mi equipo favorito". Los magistrados parecen haberse quedado dubitativos ante tales explicaciones.
El presidente del tribunal concluyó las siete horas de la duodécima audiencia evocando la continuación de la telenovela judicial, y citó a los periodistas el 27 de abril, para el interrogatorio de Tommaso di Ruzza, colaborador de René Brühlart en la AIF al momento de los hechos.
El próximo 5 de mayo será el turno del cardenal Angelo Becciu de volver al estrado, habiéndose aplazado la segunda parte de su interrogatorio.
"Deberíamos terminar el juicio antes de 2050, lo que corresponde a mi esperanza de vida: hablo por mí que soy el mayor, a excepción del profesor Flick", lanzó con un toque de ironía Giuseppe Pignatone, provocando la carcajada general del público asistente. En medio de la nubosidad de un juicio por corrupción que involucra a la jerarquía de la Iglesia, un poco de humor nunca está de más...
Fuentes: Servizio Informazioni Religiose/Vatican News – FSSPX.Actualités
Imagen: Banque d’Images Alamy