Juicio en el Vaticano: una demanda por despido injustificado
El juez Giuseppe Pignatone
El 24 de enero de 2024, el tribunal de la Ciudad del Vaticano rechazó todas las solicitudes del ex primer auditor general de la Santa Sede: Libero Milone, quien demandó a su exjefe por despido injustificado, incluso fue condenado a pagar, junto con su socio Ferruccio Panicco, más de 100,000 euros a la Secretaría de Estado y a la oficina del auditor general.
Libero Milone, expresidente de Deloitte Italia, afirma que fue víctima de un "despido injustificado" y que su renuncia fue forzada a costa de la "violencia psicológica" sufrida por él y su asistente durante los interrogatorios de la gendarmería vaticana.
Los abogados de la Santa Sede, por su parte, consideraron que, siendo el Papa quien contrató al ex auditor general y quien lo despidió, el tribunal no tenía competencia para juzgar el caso.
Por lo tanto, la justicia del microestado falló en contra de su exempleado: sin embargo, este último no se desanimó y confirmó recientemente a la prensa su intención de apelar la decisión del tribunal. Una vez presentada la apelación, el caso será presentado al tribunal de apelaciones del Vaticano, que consta de un presidente y otros tres jueces, similar al tribunal que se encargó del caso inicialmente.
No está claro cuánto tiempo llevará el proceso antes de que se llegue a un veredicto, pero se desarrollará en paralelo con la apelación del cardenal Angelo Maria Becciu, cuya revisión se espera que dure más de un año.
Según el vaticanista Andrea Gagliarducci, estos últimos acontecimientos podrían contribuir a debilitar aún más el sistema judicial vaticano, ya socavado por el juicio del siglo que tuvo lugar entre julio de 2021 y diciembre de 2023.
Un proceso durante el cual el Papa Francisco modificó varias veces, mediante rescriptos firmados por su puño y letra, el derecho penal del Vaticano: según el promotor de justicia, Alessandro Diddi, se trataba de un medio para llenar poco a poco ciertos vacíos normativos. Según los defensores del cardenal Becciu, un deseo de manipular la investigación cambiando las reglas del juego.
En cualquier caso, los juicios de apelación que se están gestando tendrán consecuencias: la pérdida de credibilidad del sistema judicial. Andrea Gagliarducci subraya a este respecto el papel ambiguo desempeñado, en su opinión, por el presidente del tribunal, Giuseppe Pignatone, que decidió redefinir durante el proceso en primera instancia varias acusaciones con un enfoque nuevo que parecía desautorizar el trabajo de los investigadores.
Con el riesgo de poner en una situación delicada a los magistrados y a la gendarmería vaticana, cuyas capacidades para llevar a cabo un proceso justo o una investigación podrían estar en entredicho: "sería un terremoto para todo el Vaticano", resume el vaticanista.
Cabe señalar que uno de los últimos funcionarios del Vaticano en apelar una decisión del tribunal fue Angelo Caloia, exdirector del Banco del Vaticano, que fue declarado culpable de corrupción y malversación de fondos en 2021 y sentenciado a ocho años de prisión.
El tribunal de apelación del microestado confirmó su condena en junio de 2022. A orillas del Tíber, como a orillas del Jordán, a veces es “mejor que un solo hombre muera por todo el pueblo, para que no perezca la nación entera".
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Fuentes: National Catholic Register/Omnes/cath.ch – FSSPX.Actualités
Imagen: © Vatican media