La Ciudad del Vaticano y la inteligencia artificial

Fuente: FSSPX Actualidad

La noticia se anunció a bombo y platillo dos días antes de Navidad en la página web del gobierno de la Ciudad del Vaticano: a partir del 1 de enero de 2025, un nuevo reglamento regulará el uso de la inteligencia artificial (IA) en la administración vaticana. Se trata de un intento de responder al uso desenfrenado de la IA que promueven los gigantes tecnológicos en Estados Unidos.

"Una herramienta seductora y formidable a la vez". Así abordó el Papa Francisco la cuestión de la inteligencia artificial (IA) en junio de 2024, durante un discurso pronunciado en una sesión del Grupo de los Siete (G7), que incluye a las principales potencias económicas del mundo.

En respuesta al llamamiento del Pontífice para que se adopten medidas enérgicas que regulen el uso de la IA, el Estado Vaticano dio fuerza de ley a sus Directrices sobre la Inteligencia Artificial, publicadas poco antes de Navidad.

Cabe señalar que los nuevos decretos establecen un marco estricto para el uso de la IA en la administración de la Ciudad del Vaticano: los sectores científico y económico, así como el personal de la Gobernación, están todos implicados; a diferencia de los servicios de la Curia Romana.

En este ámbito, regulación rima con prohibición: están prohibidos los usos de la IA que puedan comprometer la seguridad del Estado Vaticano, así como los que impidan a determinadas personas con discapacidad acceder a un puesto de trabajo o que impliquen cualquier forma de discriminación o "inferencias antropológicas" contra el personal.

Los decretos de aplicación que entraron en vigor el 1 de enero -trece páginas en total- prohíben también los algoritmos que sean fuente de "desigualdades sociales", "violaciones de la dignidad humana" o que utilicen técnicas de "manipulación subliminal" susceptibles de causar daños físicos o psicológicos al personal de la Ciudad del Vaticano.

Por último, está estrictamente prohibido cualquier uso de la inteligencia artificial que entre en conflicto con la misión del Sumo Pontífice, la Constitución Divina de la Iglesia o las actividades de la Iglesia.

Para evaluar la aplicación de los nuevos decretos, se ha creado una Comisión de Inteligencia Artificial de cinco miembros, formada por responsables de los servicios digitales y de la magistratura del Vaticano. El nuevo organismo se encargará de supervisar los diversos usos de la IA, publicar un informe semestral sobre sus actividades y, si es necesario, modificar las leyes vigentes preparando nuevos decretos.

Las directrices de la Santa Sede se inspiran en el reglamento sobre IA que entró en vigor en la Unión Europea en agosto de 2024. Hace especial hincapié en la protección de datos, los derechos de autor y el principio de transparencia. El Vaticano ha incorporado las propuestas del franciscano Paolo Benanti, cuya experiencia en IA es reconocida en todo el mundo.

Benanti advierte constantemente contra los excesos de la tecnología, porque "quien la domina toma el control de la realidad#, y aboga por una gobernanza ética de los algoritmos o "algorética". Cabe señalar que, desde el 1 de enero de este año, los tribunales vaticanos pueden utilizar la IA con fines de investigación, pero no para interpretar la ley, que sigue reservada a los jueces humanos.

Poco después de la entrada en vigor de la normativa digital en la Ciudad del Vaticano, Donald Trump tomó posesión de su cargo: Sam Altman estuvo presente en la ceremonia de investidura. Este genio de la tecnología -junto con otras figuras importantes de Silicon Valley- aboga por el uso desenfrenado y desinhibido de la IA. Muchos se preguntan si prevalecerán la ética y la razón: después de todo, David venció a Goliat, y sin muchos algoritmos...