La destrucción sistemática del patrimonio cristiano en Nagorno-Karabaj

Fuente: FSSPX Actualidad

Khackkars armenios. Fueron completamente eliminados de Najicheván por los azeríes.

El Centro Europeo para el Derecho y la Justicia (ECLJ) es, según su presentación, una organización no gubernamental internacional dedicada a la promoción y protección de los derechos humanos en Europa y en todo el mundo, y que defiende especialmente los derechos de los cristianos. El ECLJ goza de estatus consultivo especial ante las Naciones Unidas.

El ECLJ defiende la protección de las libertades religiosas y la dignidad humana ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y otros mecanismos establecidos por las Naciones Unidas, el Consejo de Europa, el Parlamento Europeo, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y otros foros. En junio publicó un documento, disponible en su sitio web, titulado: La eliminación sistemática de la herencia cristiana armenia en Nagorno-Karabaj.

El contexto

Nagorno-Karabaj es un enclave dentro de Azerbaiyán. Tras la disolución de la URSS, siendo la población de este territorio un 94% étnicamente armenia, fue reclamado por Armenia. En 1988, Azerbaiyán comenzó la primera guerra de Karabaj (1988-1994), que dejó más de 30,000 víctimas y cientos de miles de refugiados. Pero finalmente Armenia ganó la guerra.

Luego, los armenios expulsaron a casi medio millón de azeríes de Nagorno-Karabaj y destruyeron numerosas mezquitas y elementos culturales azerbaiyanos. Esto creó un precedente y complicó las relaciones entre los dos países durante mucho tiempo. El territorio se consideraba independiente, pero dependiente de facto de Armenia.

Por su parte, las autoridades azerbaiyanas procedieron a destruir monasterios, iglesias y cementerios armenios en la región históricamente armenia de Nakhichevan, situada entre Irán y Armenia: el 98% de los edificios fueron destruidos. El ECLJ recuerda que “esta erradicación sistemática del patrimonio armenio en Najicheván ha sido calificada como 'el peor genocidio cultural del siglo XXI'.

Tras algunos conflictos intermitentes, el 27 de septiembre de 2020 Azerbaiyán lanzó una ofensiva que, tras dos meses de guerra, entregó la mayor parte de Nagorno-Karabaj en manos de los atacantes tras firmar un alto al fuego. Entonces intervino Rusia: puso el resto de la región en manos de las autoridades locales y garantizó el mantenimiento de la paz.

Pero en septiembre de 2023, a pesar de esta presencia rusa, Azerbaiyán lideró un nuevo ataque que le permitió tomar plena posesión de Nagorno-Karabaj, provocando el éxodo de más de 100,000 armenios y dejando a los azerbaiyanos en libertad de llevar a cabo un nuevo “genocidio cultural”. 

El patrimonio armenio en Nagorno-Karabaj

El ECLJ señala que este territorio, ahora en manos de Azerbaiyán, contiene alrededor de 500 sitios culturales que albergan 6,000 vestigios del patrimonio armenio. Desde noviembre de 2020 hasta septiembre de 2023, decenas de sitios del patrimonio cristiano armenio en Nagorno-Karabaj han sido destruidos o dañados. La nueva situación no ha hecho más que amplificar la destrucción del patrimonio cultural armenio.

“Azerbaiyán se ha negado repetidamente a permitir que observadores extranjeros controlen estos lugares” que solo pueden observarse por satélite. El informe del ECLJ proporciona una lista completa y una revisión detallada de los sitios del patrimonio religioso que han sido destruidos, dañados o amenazados por Azerbaiyán entre septiembre de 2023 y junio de 2024.

Este informe también explica el revisionismo cultural practicado por Azerbaiyán. Para lograr una eliminación cultural completa, Azerbaiyán no solo ha destruido la herencia armenia, sino que también niega que haya existido y afirma que es de origen albanés. Lo cual es una forma de permitir su destrucción y arrancar a los armenios parte de su pasado.

El informe del ECLJ concluye haciendo propuestas concretas que deberían ser llevadas a cabo por los organismos internacionales para intentar detener este genocidio cultural y esta destrucción de un patrimonio que no es solo de Armenia, sino de toda la humanidad.