"La emergencia sanitaria" y "la amenaza climática" según los globalistas (2)
Sede del Fondo Monetario Internacional en Washington, Estados Unidos
El Papa Francisco ha intervenido recientemente en el debate de las personas desplazadas por el cambio climático, la crisis posterior al coronavirus y la crisis climática. Todas sus intervenciones muestran el deseo de una solución a nivel global, sin preocuparse por los objetivos reales y los medios implementados por los organismos internacionales como las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional...
Día Internacional de la Madre Tierra
El 22 de abril, en un video dirigido a los jefes de estado de todo el mundo, con motivo del Día Internacional de la Madre Tierra, Francisco estableció una conexión entre la crisis climática y la crisis sanitaria. La emergencia climática, al igual que la pandemia, demuestran "que no tenemos tiempo para esperar", afirmó.
La destrucción de la naturaleza hoy en día es muy difícil de frenar, dijo, "es hora de actuar, estamos en el límite". E hizo un llamado "a todos los líderes mundiales para que actúen con valentía, [y] justicia y siempre digan a la gente la verdad". Así, sabrán cómo "proteger al planeta de la destrucción" que desatan los hombres.
Ese mismo día, el Papa también envió un mensaje a los participantes de la Cumbre de Líderes organizada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Agradeció la celebración de este evento que reunió a más de cuarenta jefes de estado o de gobierno, en previsión de la Conferencia de Glasgow que se celebrará en noviembre de 2021.
En la Nuova Bussola Quotidiana del 24 de abril, Riccardo Cascioli cuestionó la brecha que existe entre las predicciones apocalípticas y su cumplimiento real.
Cascioli ve en esta presión psicológica una forma en que el Estado puede controlar mejor la economía y las libertades: "Por enésima vez, con motivo del Día Internacional de la Tierra, han activado una alarma apocalíptica, desde Biden hasta el Papa, si no se toman medidas drásticas y urgentes.
"Estas predicciones, como es habitual, resultan falsas y los compromisos se vuelven irrealizables, pero mientras tanto, la presión sirve para justificar una intervención estatal cada vez más fuerte en la economía y para restringir las libertades de los ciudadanos.
"¿Cuánto tiempo falta para el fin del mundo? Esto es lo que se podría pensar al escuchar los discursos pronunciados durante la "Cumbre de Líderes Climáticos" convocada por el presidente estadounidense Joe Biden con motivo del Día de la Tierra el 22 de abril.
"Estamos al borde del abismo", dijo Biden, "los próximos diez años serán decisivos". El Papa Francisco también se hizo eco de estas palabras […]: "Estamos en el límite", declaró, debemos revertir "el camino de la autodestrucción".
"¿No tienen ustedes la impresión de haber escuchado antes ese grito de alerta? Esta no es la primera vez que se emiten ultimátums con fechas de vencimiento. El apocalipsis climático ha sido anunciado desde hace al menos 50 años.
"Un estudio reciente publicado en el International Journal of Global Warming [Vol. 23, No 2, 202] presenta una imagen completa de la situación: 79 predicciones de la destrucción final del mundo debido al cambio climático se han registrado desde 1970, fecha del primer Día Internacional de la Tierra.
"Pues bien, 48 de esas predicciones del fin del mundo ya han expirado, pero nada de lo que se predijo se ha hecho realidad: no solo respecto al fin del mundo, que es evidente para todos ya que todavía seguimos aquí, pero tampoco de todos esos eventos desastrosos que deberían precederlo.
"Este estudio [del International Journal of Global Warming], titulado '¿Apocalipsis ahora? Comunicando pronósticos extremos' no está escrito por dos 'escépticos' que quieren desacreditar el movimiento climático, sino por dos profesores de la Universidad Carnegie Mellon, David C. Rode y Paul S. Fischbeck, preocupados por el efecto boomerang de estos anuncios puntualmente desmentidos por la realidad.
"El problema, señalan los autores, no es solamente que todas las predicciones que ya han expirado estaban equivocadas, sino que sobre todo se anunciaban muchas de ellas con certeza en cuanto a la fecha".
"Algunos de los autores de estas predicciones son reincidentes, como el biólogo estadounidense Paul R. Ehrlich, famoso por su libro sobre la "bomba demográfica" [The Population Bomb, 1968, publicado en francés por Fayard, bajo el título La Bombe P, en 1970] y recientemente invitado como orador en una conferencia del Vaticano..."
Riccardo Cascioli señala la conexión entre el anuncio de una hipotética catástrofe climática y una política antinatalista muy real: "Se podría sonreír ante esta manía apocalíptica si no fuera porque sirvió para imponer una serie de políticas, estas últimas completamente catastróficas, destinadas a empobrecer a la humanidad en su conjunto y reducir drásticamente el número de sus habitantes.
“No es casualidad que el Día de la Tierra sea el día elegido para estos anuncios: fue creado en 1970 con el objetivo de dar fuerza a la propaganda antinatalista de quienes, con miles de millones, financiaron los proyectos de reducción de la población en todo el mundo.
"El primer lema del Día de la Tierra fue precisamente 'La población contamina', y es muy triste comprobar hoy que incluso el líder de la Iglesia católica se une a esta cantaleta. […]
"La excusa de la alarma climática justifica una intervención estatal cada vez más fuerte en la economía y restringe las libertades de los ciudadanos. Resulta que esto es exactamente lo que está sucediendo con la pandemia de coronavirus. Y, como por casualidad, la pandemia y el clima se yuxtaponen cada vez más en los discursos de los 'poderosos' como crisis que exigen la misma respuesta".
¿Cuál es el papel exacto del Vaticano en la promoción de esta gobernanza mundial? El del tonto útil, el aliado objetivo, la caja de resonancia, la cinta transportadora..., declararán los análisis de los especialistas en subversión.
Preferimos la soberbia sencillez de Bossuet que afirma que "la Iglesia es Jesucristo derramado y comunicado": Jesucristo derramado y no eliminado, Jesucristo comunicado y no oculto a los poderosos de este mundo.
Para entender esto, debemos desprendernos del "cristianismo secundario" magistralmente denunciado por Romano Amerio, y que significa que desde el Concilio "la Iglesia parece temer ser rechazada, como positivamente lo es por una gran fracción del género humano.
"Por eso busca decolorar sus propias peculiaridades meritorias y en cambio colorear los rasgos que tiene en común con el mundo: todas las causas legales apoyadas por el mundo cuentan con el apoyo de la Iglesia. Ofrece sus servicios al mundo y busca liderar el progreso humano" [Romano Amerio, Iota unum, NEL, p. 415]
Fuentes: NBQ – trad. à partir de J.Smits et benoitetmoi/DICI n°408 – FSSPX.Actualités
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