A la espera de que el Papa elija a sus colaboradores

Ahora que concluyen los primeros pasos del papa León XIV, elegido hace poco más de un mes, se plantea la cuestión del futuro equipo que rodeará al pontífice romano. Porque los retos a los que se enfrenta el 267 papa son numerosos y sin precedentes por su intensidad y urgencia, ya sea en el ámbito dogmático, moral, político, litúrgico o pastoral.
El 13 de mayo de 2025, una anécdota que pasó casi desapercibida marcó los primeros días del pontificado de León XIV. Durante la toma de posesión de la cátedra de San Juan de Letrán, un sacerdote peruano, Bernardito Gil, vicario general del exobispo de Chiclayo (Perú), que no es otro que monseñor Robert Francis Prevost, se sentó junto al nuevo pontífice romano en el papamóvil.
El padre Gil, que había acudido a Roma para saludar a su antiguo mentor, ilustra el profundo vínculo de León XIV con Perú. Esta relación no se limita a una nostalgia personal: podría configurar los contornos del equipo que el nuevo pontífice reuniría para gobernar la Iglesia. Pero ¿cuál sería la composición de este equipo y cómo abordaría León XIV los complejos retos de su pontificado?
El papa León XIV nombró secretario al padre Egdard Rimaycuna, originario de la diócesis de Chiclayo. La nueva cocinera del pontífice romano también es peruana. Y en su primera aparición en la logia de la basílica de San Pedro, León XIV decidió expresarse en español, en un guiño a esta región del mundo que le ha marcado profundamente, en lugar de hacerlo en inglés, la lengua de su país natal.
Pero este vínculo con Perú solo revela una parte de las intenciones de León XIV con respecto a su equipo. Los retos que le esperan —la reforma de la Curia, la gestión de las relaciones internacionales, el apaciguamiento de las tensiones en la Iglesia— exigen un equipo fiel a la visión del nuevo huésped del Vaticano. En otras palabras, es en Roma donde se jugará la verdadera construcción de su gobierno eclesiástico.
El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, debería conservar su cargo, al igual que monseñor Paul Gallagher, responsable de las relaciones con los Estados. Pero se prevén nuevos nombramientos. El primero se refiere al Dicasterio para los Obispos, cuyo prefecto era el nuevo papa. El actual secretario, cercano al papa Francisco, parece fuera de juego, por lo que podría ser sustituido por alguien ajeno a los círculos actuales.
Monseñor Edgard Peña Parra, sustituto de la Secretaría de Estado, podría ser sustituido por una personalidad más cercana a la sensibilidad de León XIV. Entre los nombres que se barajan figura el de monseñor Petar Rajic, nuncio apostólico en Italia y canadiense de origen croata. Cabe señalar que la confirmación temporal de los prefectos incluye a los secretarios de los dicasterios, lo que deja abierta la posibilidad de cambiarlos.
La agenda diplomática también está muy saturada. El papa debe nombrar nuevos nuncios, en particular en Estados Unidos y Siria. También se habla de que podría reformar la Academia Pontificia Eclesiástica, que forma a los diplomáticos del Vaticano. Una reforma de este tipo, tras las revisiones llevadas a cabo por Francisco, manifestaría el deseo de devolver el prestigio a la institución.
Otro asunto es el acuerdo entre China y el Vaticano. Mientras que China estaría presionando actualmente para que este acuerdo sea permanente y público, según Andrea Gagliarducci, columnista de ACI Stampa, León XIV, apoyado por los cardenales asiáticos, podría optar por ganar tiempo, manifestando así su deseo de controlar el ritmo de las negociaciones.
La liturgia será también uno de los temas candentes que ocuparán al nuevo papa. Tras las tribulaciones provocadas por el motu proprio Traditionis custodes y el papel desempeñado en él por el cardenal Arthur Roche, el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos debería recibir un nuevo prefecto.
Como religioso agustino, León XIV también podría apoyarse en su orden para cubrir algunos puestos, especialmente en el episcopado. El nombre de monseñor Luis Marín de San Martín, subsecretario del Sínodo, circula en la prensa, pero su nombramiento para un puesto tan expuesto parece improbable. El sucesor de Pedro también podría recurrir a los nuncios o prelados con experiencia internacional, garantizando así un equipo diverso y fiel a su visión.
En cualquier caso, el futuro del pontificado de León XIV depende de sus decisiones para sentar las bases de un verdadero gobierno eclesial, que sepa volver a la Tradición de la Iglesia o, al menos, iniciar ese retorno, lejos de los errores nacidos del último concilio. Y la mayor dificultad que le espera, si quiere ir en esta dirección, será encontrar hombres capaces de hacerlo.
Fuente: MondayVatican – FSSPX.Actualités
Imagen: © Vatican Media