La fe del Capitolio

El 3 de enero de 2025, el nuevo Congreso de Estados Unidos celebró su 119ª sesión, con un 87% de parlamentarios cristianos entre sus miembros. Una proporción que sigue siendo elevada respecto a la población estadounidense, pero que se ha ido estabilizando en los últimos diez años y que no es inmune a las nuevas tendencias religiosas en este país.
No es de extrañar que el cristianismo -y los valores que encarna- ocupe un lugar destacado en la vida política estadounidense: de los 532 miembros del Congreso, el órgano legislativo federal compuesto por dos cámaras, el Senado y la Cámara de Representantes, 461 están bautizados en alguna de las muchas confesiones cristianas presentes en suelo estadounidense.
Esto revela la encuesta que realizó en cada legislatura el Pew Research Center con motivo de la primera reunión del nuevo Congreso resultante de las elecciones del 5 de noviembre de 2024, en las que Donald Trump ganó la Casa Blanca y el Partido Republicano obtuvo la mayoría en ambas cámaras.
En concreto, 150 congresistas profesan la religión católica (28.2%), mientras que 295 (55.5%) pertenecen a la nebulosa protestante predominantemente bautista, una "iglesia" que representa el 14.1% de los congresistas, muy por delante de los metodistas y presbiterianos (4.9% cada uno), los anglicanos (4.1%) y los luteranos (3.6%), por citar solo las principales confesiones cristianas.
La religión judía es practicada por el 6% de los diputados, y la musulmana por el 0.8%, al mismo nivel que el hinduismo.
La primera constatación es que el 87% del Congreso es cristiano -en el sentido más amplio del término-, una proporción mucho mayor que la que se observa en la población estadounidense, que es cristiana en un 62%, y que tiende a disminuir.
El nuevo Congreso es también más religioso que el conjunto de la población estadounidense: casi tres de cada diez estadounidenses -el 28% para ser exactos- dicen "no tener una afiliación religiosa", lo que significa que son ateos, agnósticos o que su religión no tiene una definición religiosa.
Solo tres miembros del Congreso -dos demócratas y un republicano- entran en esta categoría, al menos de momento, ya que no es imposible que su número aumente en futuras elecciones, reflejando un poco más la ola de secularización que afecta a Estados Unidos, pero menos que en el Viejo Continente: el 51% de los franceses se declaran sin afiliación religiosa...
Además, la proporción de cristianos en el Congreso parece haberse estabilizado o incluso ha disminuido ligeramente: 87% en 2025, frente al 88% en la última legislatura y el 92% hace diez años. Los parlamentarios católicos también son ligeramente menos numerosos que hace diez años, como sus colegas protestantes: el peso del cristianismo en la vida política estadounidense, todavía es preponderante y marca el paso, mientras que su declive es más marcado en la sociedad civil.
Por el contrario, cuatro miembros del Congreso serán musulmanes en 2025, uno más que hace cuatro años; cuatro serán hindúes, dos más que en 2020. Esto confirma el creciente peso de las minorías musulmana e hindú en el país. En algunos estados clave en las últimas elecciones, la negativa del electorado musulmán a votar por el partido demócrata debido al apoyo de la administración Biden a Israel en la guerra de Gaza fue un factor en la derrota de Kamala Harris.
Del mismo modo, la diáspora india ejerce una influencia política que supera con creces su peso demográfico: de las quinientas principales empresas estadounidenses, veinticinco están dirigidas por indios, entre ellas Microsoft, YouTube, Google y Adobe, frente a solo once hace una década. Por no hablar de Vivek Ramaswamy, una estrella emergente del Partido Republicano que ayudará a Elon Musk en el famoso Departamento de Eficiencia Gubernamental inspirado por el fundador de SpaceX.
Fuente: Pew Research Center – FSSPX.Actualités
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