La generosidad de los fieles no disminuye en Francia

Fuente: FSSPX Actualidad

Las lúgubres noticias que afectan a la Iglesia de Francia desde hace más de un año no han superado la generosidad de los fieles. Por el contrario, las donaciones aumentaron un 10% en 2021 respecto al año anterior marcado por el Covid-19. Sin embargo, el número de donadores sigue disminuyendo y el aumento de la factura energética genera muchas incertidumbres.

En Francia, la Iglesia solo puede ejercer su misión a través de las donaciones que se le hacen. No recibe subvenciones del Vaticano ni del Estado, en virtud de la ley de 1905. Por tanto, sus principales recursos son: el diezmo, las colectas, los estipendios de las Misas y los incidentales, es decir lo que dan los fieles para la celebración de un bautizo, un matrimonio o un funeral.

Sin olvidar las asignaciones testamentarias que permiten a la mitad de las diócesis de Francia hacer frente a sus gastos de funcionamiento, mientras que la otra mitad vive de las donaciones periódicas que se les conceden.

El hecho puede parecer sorprendente, pero a pesar de la publicación en 2021 de un informe condenatorio -con una metodología muy cuestionable- sobre la gestión de los abusos en la Iglesia, la generosidad de los fieles no ha disminuido, pues los recursos actuales de las parroquias aumentaron en un 10% en 2021 respecto a 2020 -un año oscuro debido a la crisis sanitaria- alcanzando los 537 millones de euros, frente a los 489 de 2020. Se alcanzó un récord en 2017, cuando la Iglesia recaudó 541 millones de euros.

Para Ambroise Laurent, secretario general adjunto del episcopado a cargo de las cuestiones económicas, la noticia es inesperada: "Es una sorpresa. (…) El año pasado no tuvimos ningún contragolpe (ocasionado por el informe Sauvé, NDLR). Los fieles se indignaron, (…) se conmocionaron, pero siguieron estando ahí", explicó, insistiendo en que "no tuvo ningún efecto en las donaciones, ni siquiera en las colectas ni ofrendas".

Sin embargo, no todo son buenas noticias: en primer lugar, la Conferencia Episcopal de Francia está preocupada por el aumento de la factura energética de 125 millones de euros entre 2022 y 2023, es decir, un aumento del 15%. El gasto en calefacción y electricidad representa el 11.5% de los gastos de funcionamiento -excluida la nómina- de las diócesis y parroquias.

Para superar este "choque energético" y la inflación galopante, el episcopado apuesta por un aumento del 20% en las donaciones parroquiales, un recurso fundamental para la Iglesia que en 2021 representó casi la mitad de las donaciones actuales.

Al mismo tiempo, estas medidas de reducción de gastos ya están en marcha a todos los niveles, asegura Ambroise Laurent, así como economías de escala con contratos de compra de energía "que permiten realizar compras al por mayor".

Otra preocupación es la del número de dadores del diezmo, que sigue descendiendo, lógicamente siguiendo la misma tendencia que el número de católicos practicantes: 1.1 millones de hogares contribuyeron en 2016, frente a 977,000 en 2020. Pero el importe medio de las donaciones ha aumentado, de 226 euros en 2016 a 274 euros en 2020.

Finalmente, hay buenas noticias para los 13,114 sacerdotes diocesanos que, teniendo en cuenta la inflación, verán un aumento en su remuneración del 2.5% el 1 de enero de 2023, pasando de 984 euros a 1009 euros netos mensuales.