La Iglesia en plena guerra civil según un vaticanista

Fuente: FSSPX Actualidad

El vaticanista Marco Politi afirma que desde hace varios años ha habido "una guerra civil clandestina" en la Iglesia. En declaraciones a la radio diocesana de Colonia, Politi dijo: "Desde el momento en que el Papa Francisco autorizó de facto la comunión a los divorciados vueltos a casar después de los dos Sínodos sobre la Familia, esta guerra civil comenzó, y continúa".

El vaticanista menciona en particular al cardenal australiano George Pell, fallecido en enero, quien "preparó la primavera pasada un memorando muy crítico de cara al próximo cónclave", explicando "que el pontificado de Francisco es una catástrofe, un desastre, y que no tiene en cuenta la tradición apostólica".

Este documento anónimo fue enviado a todos los cardenales bajo la firma de Demos. Sandro Magister relata que recibió este memorando del propio cardenal Pell el 5 de marzo de 2022, y que lo publicó el 12 de marzo siguiente. El vaticanista esperó la muerte del cardenal australiano para revelar al autor de este texto.

El mismo cardenal Pell publicó un artículo en la revista inglesa The Spectator, artículo póstumo debido a la muerte del autor, en el que habla del "pensamiento neomarxista y de la mentalidad New Age que se han infiltrado en la Iglesia", declaró Politi. Su conclusión es que "esto es una señal de este conflicto".

Según Politi, hoy "no hay una amplia base reformista" en la Iglesia, sino solo "elementos".

Al contrario, "hay una oposición muy firme, de al menos un 30%", prosigue el vaticanista. "Luego, hay un gran rango intermedio de 30-40% de obispos y teólogos que tienen miedo de las innovaciones y de una posible protestantización de la Iglesia. Y luego hay un 20 a 25% que son verdaderos reformistas".

En el futuro, la "batalla" entre los diferentes partidos de la Iglesia continuará, según el experto, y ello, principalmente, porque "la oposición conservadora quiere influir en el próximo cónclave", y decir: "Miren lo que está pasando con Francisco. Necesitamos absolutamente tener un Papa que sea mucho más cauteloso".