La interminable disputa de los católicos de Kerala

En el centro, Monseñor Joseph Pampany, nombrado vicario general y administrador de la arquidiócesis de Ernakulam-Angamaly. A su derecha, el arzobispo mayor, Monseñor Raphael Thattil.
La Iglesia católica de rito siro-malabar no logra curar las heridas de una disputa litúrgica que ha envenenado la vida de cientos de miles de fieles durante años. El mes de enero de 2025 estuvo marcado por numerosos actos de violencia en una comunidad ya debilitada por la persecución de la mayoría hindú del país.
El tiempo es bastante caluroso en este mes de enero en Kerala, un estado de la India que disfruta de un clima tropical. Un clima sofocante que no perdona a la Iglesia católica de rito siro-malabar, que se desgarra desde hace varios años, en torno a una disputa litúrgica abordada en varias ocasiones por FSSPX.Actualidad.
Los casi 600,000 fieles y 450 sacerdotes de esta Iglesia oriental, que cuenta con no menos de 35 diócesis, deben, a petición de la jerarquía episcopal local apoyada por Roma, aceptar una reforma litúrgica destinada a corregir los abusos introducidos a lo largo de los años en el rito de la misa. Una reforma que, a diferencia de lo que se puede observar en la Iglesia latina, va en el sentido de una mayor fidelidad a la Tradición.
Pero una parte importante del clero, cuya formación quizás se ha descuidado con demasiada frecuencia, y que ha manifestado una cierta forma de independencia o incluso de insumisión, se opone a la reforma de forma tajante y a veces violenta, sin dudar en instrumentalizar a los fieles que les han sido confiados.
El último incidente tuvo lugar el 10 de enero de 2025, cuando veintiún sacerdotes se apostaron frente al arzobispado de Ernakulam Angamaly, en Cochin, sede de la Iglesia siro-malabar, en el momento en que se celebraba la reunión del sínodo de obispos. Al día siguiente, por la mañana, al constatar un allanamiento de la arquidiócesis, la policía intervino para desalojar a los manifestantes sin miramientos.
Uno de los sacerdotes presentes, el Padre Jose Vailikodath, decidió llevar el asunto ante la justicia civil, afirmando que él y sus compañeros sacerdotes habían sido "insultados verbalmente y tratados groseramente, lo que provocó lesiones como fracturas y desgarros de ligamentos".
A raíz de este nuevo disturbio, el sínodo de la Iglesia siro-malabar nombró a monseñor Joseph Pampany vicario general y administrador de la diócesis de Ernakulam Angamaly. Este último, en señal de apaciguamiento, pidió a las fuerzas del orden que evacuaran el arzobispado y permitieran a todos los manifestantes regresar a sus hogares sin ser molestados: un gesto apreciado por los sacerdotes rebeldes.
Monseñor Pampany también prometió que las grabaciones de las cámaras de videovigilancia serían analizadas para evaluar de la manera más objetiva posible los acontecimientos del pasado 11 de enero. Los manifestantes finalmente exigieron que el arzobispo mayor, monseñor Raphael Thattil, esté presente en las próximas conversaciones, ya que es él quien tiene en sus manos las riendas de la Iglesia siro-malabar, por voluntad del Papa Francisco.
Por su parte, Mons. Thattil y Roma, desean aprovechar la mediación del nuevo administrador de la Iglesia siro-malabar para que los sacerdotes y los fieles más radicales acepten el compromiso alcanzado el pasado mes de julio, según el cual las parroquias deben celebrar al menos un domingo al mes la liturgia restaurada según las directrices romanas.
Es decir, los próximos meses serán cruciales para el futuro de esta parte de la Iglesia católica, que se está desgarrando mientras que la propia existencia del cristianismo está amenazada en suelo indio. Pero, lamentablemente, no es la primera vez que se hace esta observación, y la situación parece estancada de forma desesperada.
Fuentes: The Hindu/The Tablet/Zenit – FSSPX.Actualités
Imagen: Archdiocese of Ernakulam-Angamaly