La peregrinación a Chartres, amenazada por Traditionis Custodes

Fuente: FSSPX Actualidad

Exterior de la catedral de Notre-Dame de Chartres

Los nubarrones parecen cernirse sobre la asociación Notre-Dame de Chrétienté: la cuestión de la limitación de la misa tradicional durante la tradicional peregrinación de Pentecostés, que sigue siendo reconocida por el episcopado francés, está en el orden del día, según la información transmitida por el diario La Croix.

¿Sufrirá también la emblemática peregrinación de Chartres el peso de las disposiciones contenidas en el motu proprio Traditionis Custodes? Se trata de algo más que un rumor, según la edición del 4 de diciembre de 2024 de La Croix:

"Según informaciones concordantes procedentes tanto de París como de Roma, el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos considera que este encuentro anual plantea cuestiones de conformidad con las normas vigentes sobre la misa en el rito antiguo. Y está considerando prohibir ciertas celebraciones", afirma el diario religioso.

La celebración de la misa tradicional, a la que se mantienen fieles los organizadores de la peregrinación, y que hasta ahora ha gozado de cierta benevolencia por parte de la jerarquía católica, estaría en el disparadero tanto de Roma como del episcopado francés, poco proclive al atractivo de una liturgia tradicional que atrae cada vez a más jóvenes y da sentido a su piedad:

"La misa de clausura en la catedral de Chartres es una zona sin ley", según un "experto en el asunto" citado anónimamente por La Croix. Evidentemente, lo que se plantea aquí es la cuestión de la prohibición de la misa de San Pío V.

A los ojos de Roma, y más concretamente del cardenal Arthur Roche, prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que está detrás de los recientes textos que restringen injusta y drásticamente la celebración de la misa tridentina, los organizadores de la peregrinación Notre-Dame-de-Chrétienté no estarían "respetando" las nuevas normas en vigor.

Esto ha desanimado a algunos de los 18,000 peregrinos que siguen los pasos de Charles Péguy y de generaciones de estudiantes por los verdes caminos de Chartres: Jean de Tauriers, presidente de Notre-Dame-de-Chrétienté, alude a una "falta de comprensión" y culpa a la "burocracia", lamentando una restricción que será "difícil de explicar" a los participantes.

Como señala el presidente de la asociación organizadora, "no tenemos poder para prohibir ninguna liturgia en particular. Solo queremos recordar que nuestra espiritualidad está ligada a la misa tridentina: ¡igual que si no amas el Sagrado Corazón, no vayas a Paray-le-Monial!"

El episcopado francés, en particular el obispo de Chartres, monseñor Philippe Christory, ha expresado su molestia por este hecho, señalando que desde la promulgación del motu proprio Traditionis Custodes, "si alguien debe decidir algo, es el Papa".

Este nuevo episodio ilustra una vez más las palabras del Superior General de la Fraternidad San Pío X al evocar el 50 aniversario de la declaración de fidelidad a la Iglesia de monseñor Lefebvre, el 21 de noviembre de 1974:

"Las comunidades anteriormente adscritas a la Comisión Ecclesia Dei, que hoy ya no existe, ofrecen la liturgia tradicional a su nivel . (...) Por su parte, simplificando un poco las cosas, afirman hacer 'dentro de la Iglesia' lo que la Fraternidad afirma hacer 'fuera de la Iglesia'.

Lo que no dicen es que, en realidad, solo tienen una libertad limitada. Solo gozan del espacio que les concede una jerarquía más o menos benévola, inspirada en principios personalistas y liberales, e incapaz de conceder a la Tradición de la Iglesia su lugar necesario y primordial. En consecuencia, su apostolado e influencia se ven restringidos, obstaculizados, comprometidos, hasta el punto de que la cuestión de su supervivencia concreta se vuelve cada vez más preocupante".