La religión, víctima colateral del Covid-19
Un estudio reciente presentó un balance sobre la forma en que, a escala mundial, las autoridades públicas trataron con la religión en el contexto de la pandemia de 2020. Parece que, en casi una cuarta parte de los casos, el Estado no dudó en usar la fuerza para impedir las reuniones religiosas. Y, a menudo, en la mayoría de los países secularizados, la religión cedió el paso, a veces voluntariamente, a la nueva doxa sanitaria.
El final del año natural suele ser un buen momento para hacer un balance. El publicado por el Pew Research Center (PRC) el 29 de noviembre de 2022 es muy interesante, ya que muestra cómo los diferentes grupos religiosos se vieron afectados por las restricciones sanitarias, y la forma en que reaccionaron o no.
El instituto de investigación estadounidense formula cinco conclusiones a partir de este estudio exhaustivo basado en 198 países y territorios de todo el mundo.
En primer lugar, en 46 países, lo que representa el 23% de los territorios estudiados, el Estado utilizó la fuerza contra las diversas religiones, realizando detenciones que en ocasiones derivaron en penas de prisión, para cumplir con su política de confinamiento.
En casos extremos, las fuerzas de seguridad recurrieron a la violencia: en India, por ejemplo, dos cristianos fueron asesinados a golpes por violar el toque de queda por motivos religiosos. Aunque son hechos raros, no son casos aislados.
En segundo lugar, en 54 países, o el 27% del total, los grupos religiosos emprendieron acciones legales, argumentando que los lugares de culto eran tratados de manera discriminatoria en comparación con otras formas de reunión secular, como los supermercados: por ejemplo, en Francia, varias asociaciones católicas interpusieron recursos ante el Consejo de Estado.
El tercer resultado de la encuesta del Pew Research Center destaca la hostilidad de varios grupos religiosos respecto a las restricciones sanitarias: en 69 países o territorios, o el 35% a nivel mundial, las normas de salud pública promulgadas por los gobiernos se eludieron, e incluso se desafiaron.
Otro hallazgo significativo: en casi la mitad de los países estudiados, exactamente el 47%, los líderes religiosos siguieron los pasos del Estado, o incluso lo precedieron, en la implementación de medidas drásticas de restricción: FSSPX.Actualidad informó en varias ocasiones sobre distintos casos de la Iglesia Católica en Europa y Estados Unidos en particular.
Finalmente, el estudio del PRC especifica que, en 18 países, es decir, el 9% del total, las autoridades públicas o determinadas comunidades no dudaron en establecer un vínculo explícito entre la propagación de la pandemia y la práctica de la religión, generando una práctica discriminatoria hacia los grupos involucrados.
En Turquía, por ejemplo, los cristianos armenios fueron acusados de haber llevado el coronavirus al país. Lo mismo en Egipto. En Argentina y Francia, la comunidad judía fue objeto de ataques similares en las redes sociales plagadas de comunitarismo.
A través de los resultados de esta encuesta, se puede constatar la creciente pretensión de los Estados de regir el ámbito religioso y de subordinarlo cada vez más a consideraciones materiales o temporales: en muchos casos, la salud física se ha convertido en uno de los nuevos artículos de fe del credo de la secularización.
Irónicamente, el aggiornamento de la Iglesia y la predicación entusiasta de una libertad religiosa basada en la persona humana, que supuestamente debía abrir una nueva era de paz y armonía entre el Estado y la religión, no surtieron el efecto deseado. Todo lo contrario...
Related links
Fuente: Pew Research Center – FSSPX.Actualités
Imagen: Photo 194283896 © Zhbampton | Dreamstime.com