La Santa Sede juega la carta iraní
El presidente de la República Islámica de Irán, Masoud Pezeshkian, y el cardenal Pietro Parolin
El Secretario de Estado del Papa Francisco conversó el 12 de agosto de 2024 con el presidente de la república islámica de Irán, Masoud Pezeshkian, mientras la tensión alcanza su punto máximo entre el régimen de los mulás e Israel. Para la Santa Sede, mantener las relaciones con Teherán es necesario para garantizar la supervivencia de los cristianos orientales, más amenazados que nunca en la región.
Un intercambio “cordial y amistoso”: así calificó la sala de prensa de la Santa Sede la llamada telefónica entre el presidente iraní y el número dos del Vaticano, según Vatican News. El cardenal Pietro Parolin “felicitó al nuevo presidente por el inicio de su mandato y expresó la profunda preocupación de la Santa Sede por la situación humanitaria en Oriente Medio”.
Suficiente para llamar la atención en las orillas del Jordán y en Washington, donde Teherán es considerado uno de los principales actores de la desestabilización de Oriente Medio. Por no hablar del informe de la entrevista por parte de la presidencia iraní que aprovechó la oportunidad para denunciar "la responsabilidad del régimen sionista en el asesinato de mujeres y niños (y en) el asesinato de quien era un invitado de nuestro país”, citado por The Pillar.
Las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede e Irán "se remontan al reinado de Sah 'Abbās I el Grande, en el siglo XVI", y fueron formalizadas "bajo el Papa Pío XII en 1954" con la instalación de un nuncio en Teherán, bajo el reinado de Mohammad Reza Pahlavi, explica la misma fuente.
“Los lazos diplomáticos sobrevivieron a la revolución islámica de 1979”, e Irán ha invertido mucho en su relación con el Vaticano, hasta el punto de que en 2007, el Times recuerda que, después de República Dominicana, “Irán tenía el mayor número de diplomáticos ante la Santa Sede”, cita The Pillar.
Teherán ve al Vaticano “como un mediador con los países occidentales al que no es inútil recurrir en tiempos de crisis”, como viene sucediendo desde el 7 de octubre de 2023: se han producido varios intercambios telefónicos oficiales entre los dos países, señala nuevamente The Pillar.
Para el periodista Francesco Peloso, la Santa Sede es incluso "una de las pocas entidades capaces de actuar como intermediaria entre los ayatolás y la Casa Blanca, que ejerce su influencia sobre Benjamín Netanyahu", explica en Domani.
Por parte del Vaticano, el interés por jugar la carta iraní solo puede entenderse en relación con la desastrosa situación que viven actualmente los cristianos orientales, en particular en el Líbano, "donde la comunidad cristiana vive con el temor de verse atrapada en una guerra mortal entre Israel y el Hezbolá proiraní”, señala The Pillar.
Pero también en Irak, donde está en juego la supervivencia de los cristianos de la llanura de Nínive, atrapados entre el martillo del Estado Islámico (EI) y el yunque del poder chíita de Bagdad, sobre el que solo Teherán es capaz de ejercer su influencia.
Por no hablar de Siria, uno de los principales aliados de Irán, que ha perdido a la mitad de sus cristianos desde la invasión del EI y donde el clero y los fieles están agotados por años de guerra, privaciones y sanciones económicas occidentales que impiden ver cualquier reconstrucción o planificación para el futuro.
Finalmente, ¿qué podemos decir sobre la situación de los cristianos en Gaza, que son a la vez víctimas directas de la organización terrorista Hamás –apoyada por Irán– y víctimas colaterales de la guerra liderada por Israel?
Las próximas semanas y meses dirán si los esfuerzos de la Santa Sede permitirán que el cristianismo siga presente en el tercer milenio en esta tierra bíblica que fue la de los patriarcas y los profetas antes de que Cristo finalmente se dignara pisarla durante su vida terrena.
Fuentes: Domani/The Pillar – FSSPX.Actualités
Imagen 1: Khamenei.ir, CC BY 4.0, via Wikimedia Commons
Imagen 2: SaeimaTravail dérivé : TharonXX, CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons