La tercera vida del Papa Francisco

La recuperación de Francisco se basa en un estricto plan médico, detallado por sus médicos, basado en fisioterapia respiratoria y motora para recuperar una autonomía parcial. Un equipo médico, compuesto por doctores del Gemelli y especialistas del Vaticano, supervisa este proceso, con evaluaciones periódicas para ajustar los esfuerzos a su estado.

La rehabilitación no es algo completamente nuevo para el pontífice argentino. Desde 2022, ya utiliza una silla de ruedas para los dolores de rodilla, y las recientes intervenciones quirúrgicas le han obligado a pasar por períodos de recuperación. Sin embargo, la gravedad de esta neumonía marca un punto de inflexión.

Según una fuente vaticana citada por cath.ch, "el Papa debe aceptar ahora límites más estrictos, pero insiste en mantenerse activo en la medida de lo posible". Este compromiso se traduce en una agenda más ligera: no hay viajes apostólicos previstos en un futuro inmediato, y se da prioridad a los compromisos dentro del propio Vaticano.

En Santa Marta, se insiste en el hecho de que, a pesar de su debilidad, el sumo pontífice no ha renunciado a nada. Como señala La Croix, el Papa Francisco ha reanudado la celebración diaria de la misa desde el pasado 24 de marzo. Las misas "sobrias y privadas" constituyen un "anclaje" para él: "La oración es mi medicina", confió a un allegado, según una anécdota de la misma revista.

El sucesor de Pedro no tiene intención de dejar de trabajar, pero su programa se adaptará: reanudó sus audiencias privadas el pasado 25 de marzo, recibiendo a obispos y responsables de Dicasterios en Santa Marta. Las reuniones se limitarán a una hora al día, para poder seguir controlando los asuntos clave: la reforma de la Curia, las finanzas vaticanas y los preparativos del Jubileo.

Por parte de la Secretaría de Estado y de la Curia, que no está necesariamente alineada al 100% con la Casa Santa Marta, el discurso es más matizado y se explica a los periodistas que el Papa Francisco "se apoya más en sus colaboradores". El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y su sustituto continúan despachando los asuntos corrientes durante la convalecencia del pontífice romano.

Y en particular en lo que respecta a las relaciones diplomáticas con Ucrania y Oriente Medio: "El Papa establece las líneas generales, pero deja que sus equipos las ejecuten", se dice en Roma. Para que quede claro que los altos prelados del palacio apostólico no han perdido el control. Porque la sombra del Jubileo de 2025 se cierne sobre la convalecencia papal.

Francisco, que ve en este Año Santo una oportunidad para relanzar su pontificado, seguiría desempeñando un papel activo, aunque limitado. Cath.ch informa que se ha elaborado un plan de acción: retransmisiones de video de algunas oraciones, delegación de ceremonias a los cardenales y uso de un vehículo adaptado para desplazamientos puntuales en la basílica vaticana.

Un Jubileo que sirve de prueba para el futuro de un pontificado que parece ahora estar escrito con puntos suspensivos, a merced de los rumores previos al cónclave: "Su objetivo [del Papa] no es hacerlo todo, sino darle sentido", explica un allegado al sumo pontífice citado por La Croix, que quiere dejar claro que el antiguo arzobispo de Buenos Aires mantiene el timón del barco de Pedro.