Letonia: el episcopado aboga por el reconocimiento de las uniones homosexuales

Mgr Zbignevs Stankevics
En Letonia, el episcopado pidió al poder ejecutivo que otorgue un estatus legal a las "parejas" homosexuales. Una declaración asombrosa que se produce después de los recientes comentarios del Papa Francisco sobre las uniones civiles entre personas del mismo sexo.
El episcopado letón no tardó mucho en precipitarse hacia la brecha abierta en los altos muros del recinto leonino por el documental proyectado en octubre de 2020, en el festival de Roma, organizado por el Vaticano.
En esta película premiada, los espectadores se sorprendieron al descubrir una entrevista en la que el sucesor de Pedro explica que las "parejas" homosexuales tienen el "derecho a estar legalmente cubiertas".
Tomando el balón en su cancha, los obispos letones enviaron, el 16 de diciembre de 2020, una carta al presidente de la República, Egils Levits, y a la presidenta del Parlamento, Inara Murniece, solicitando, no un cambio de la definición legal de matrimonio, sino la legalización de otras formas de relaciones que podrían, según ellos, beneficiarse de una protección jurídica legal.
Efectivamente, en Letonia, la Constitución define, al día de hoy, el matrimonio como "la unión entre un hombre y una mujer".
Una concepción quizás anticuada a los ojos del arzobispo de Riga, Monseñor Zbignevs Stankevics: "debemos dejar de lado toda ideología y crear un marco legal real que protegería a todos los miembros de la sociedad", declaró el prelado letón durante una audiencia parlamentaria, el 15 de diciembre.
Y el arzobispo prosigue: "Buscamos propuestas que no se vean empañadas por ninguna cuestión ideológica o religiosa; no estamos cuestionando el concepto de familia tradicional. Estamos hablando de mecanismos para proteger estas relaciones, incluidas las relaciones entre personas del mismo sexo, que quedan fuera de la definición tradicional de matrimonio". Resulta difícil escuchar estas palabras de la boca de un prelado que, por virtud del episcopado, pertenece a la Iglesia docente...
Palabras que contradicen abiertamente lo que la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) recordó en 2003: "Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad. La Iglesia no puede dejar de defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad", escribió el entonces prefecto de la CDF, un tal Josef Ratzinger.
"Debemos buscar iniciativas para unificar la sociedad, no para dividirla", argumenta Monseñor Stankevics, olvidando que construir una sociedad contra la ley natural es destruirla. Estas palabras son objetivamente contradictorias.
Ante esto, es necesario citar a San Pío X: "No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual, en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está para inventar, ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo".
Le haría bien a Monseñor Riga meditar y reflexionar en estas palabras de San Pío X.
Fuente: Afp/Infocattolica – FSSPX.Actualités
Imagen: Flickr / Valsts kanceleja, via Wikimedia Commons (CC BY-SA 2.0)