Líderes religiosos acusan al gobierno de Israel de querer debilitar el cristianismo

Fuente: FSSPX Actualidad

La iglesia rusa ortodoxa de María Magdalena de Jerusalén.

En un comunicado de prensa, publicado el 5 de septiembre del 2017, los patriarcas y líderes eclesiásticos y de las comunidades cristianas de Jerusalén acusan al Estado de Israel de querer "debilitar la presencia cristiana en Tierra Santa." La cuestión subyacente es el dominio de las tierras pertenecientes a las comunidades.

El documento fue firmado por trece líderes eclesiásticos y de comunidades cristianas presentes en Jerusalén. Entre la lista de signatarios se encuentra el nombre de Teófilo III, patriarca greco-ortodoxo de Jerusalén, así como de Monseñor Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del patriarcado latino de Jerusalén y del Padre Francesco Patton OFM, custodio de Tierra Santa.

Los líderes religiosos han denunciado "una tentativa sistemática destinada a socavar la integridad de la Ciudad Santa." Asimismo, mencionan las "recientes violaciones al statu quo" de los Lugares Santos, así como a una propuesta de ley firmada por cuarenta miembros del Parlamento israelí respecto al estatuto de las tierras pertenecientes a las Iglesias en discusión. De ser promulgada, esta ley podría afectar las futuras transacciones que involucren los bienes pertenecientes a las comunidades. 

Según informó el 5 de septiembre el sitio web de lefigaro.fr, el comunicado también tiene como objetivo denunciar la sentencia de un tribunal de Jerusalén que permitió a un grupo defensor de la colonización del este de Jerusalén confiscar tierras pertenecientes a las comunidades religiosas de esa área de la ciudad. Aunque el caso se remonta al 2004, los magistrados confirmaron, el pasado 1 de agosto, la validez de una venta inmobiliaria que involucra a los pobladores y a la Iglesia greco-ortodoxa. Los tres edificios vendidos, destinados a alojar a las familias israelíes, se encuentran ubicados cerca de la puerta de Jaffa, en el barrio cristiano: el Hotel Imperial y el Hotel Petra, así como un inmueble residencial ubicado en el barrio musulmán. El patriarcado jamás ha aceptado haber vendido estas propiedades, y afirma que la sentencia fue motivada por "razones políticas."

"Lo que vemos en estas acciones es una tentativa sistemática de socavar la integridad de la Ciudad Santa de Jerusalén y de Tierra Santa, y de minimizar la presencia cristiana," finalizaron los líderes religiosos, quienes, debido a "la extrema gravedad de la situación", hacen un llamamiento a los cristianos del mundo para unir fuerzas.