Llanura de Nínive: la depuración de los cristianos continúa en la indiferencia

Fuente: FSSPX Actualidad

El Patriarca de la Iglesia católica caldea ha intervenido una vez más públicamente para denunciar las condiciones de vida de los cristianos en la Llanura de Nínive, como resultado del control de los musulmanes chiítas y la aparición de sectas protestantes en la región.

El cardenal Louis Raphaël Sako ocupa el cargo de primado de la Iglesia católica caldea en Irak. Sus preocupaciones son completamente distintas a las de la rica Iglesia de Alemania, que, en su próximo "camino sinodal", se prepara para legitimar un relativismo moral fatal, en consonancia con el secularismo triunfante en Occidente.

Para el primado caldeo, la urgencia es de un orden mucho más elevado: se trata de conservar la presencia del cristianismo en Oriente, especialmente en la Llanura de Nínive. Es por esto que, el 12 de septiembre de 2019, Monseñor Sako firmó un artículo dirigido a los "encargados de formular políticas y a los ciudadanos iraquíes" en Saint-Adday, publicado en el sitio oficial del Patriarcado.

El alto prelado denunció un intento de "gran reemplazo", en otras palabras, un cambio demográfico planificado, en muchas aldeas cristianas de la Llanura de Nínive, en beneficio de los musulmanes chiítas.

Según el cardenal, el conflicto actual en la Llanura de Nínive tiene como objetivo erradicar a los cristianos de sus regiones históricas: "la situación se ha vuelto muy peligrosa y debe abordarse antes de que sea demasiado tarde".

El panorama superficial proporcionado por muchos medios occidentales es el de un Irak liberado desde la derrota de la organización del Estado Islámico (EI). Pero en la realidad, las milicias chiítas, apoyadas por Irán, impiden por todos los medios el regreso de los cristianos desplazados e instalan allí a sus correligionarios.

Para enfrentar este estado de emergencia, el patriarca caldeo propone algunas medidas prioritarias:

- "Permanecer vigilantes ante los planes destructivos, provenientes tanto del interior como del exterior de Irak, cuyo objetivo es eliminar completamente del país la presencia de los iraquíes nativos", es decir, los cristianos.

- "Implementar la decisión del Primer Ministro iraquí respecto a la retirada de las milicias armadas de las ciudades de la Llanura de Nínive, sea cual sea su afiliación", una medida que contribuiría a poner fin al terror que las milicias chiítas provocan entre los pocos cristianos (1%) que han regresado después de la caída del EI.

- "Financiar proyectos de desarrollo con vistas a mejorar los servicios públicos y crear empleos".

Finalmente, el cardenal enfatiza otra prioridad: "detener el establecimiento de algunas sectas llamadas cristianas". De hecho, el prelado se refiere a varias organizaciones protestantes del tipo evangélico, "que en realidad son grupos fundamentalistas procedentes del extranjero, cuyo objetivo es cambiar nuestra identidad nacional y el dogma cristiano".

Esperemos que el valiente llamamiento del patriarca de la Iglesia caldea, al contrario de muchos otros discursos tranquilizadores, encuentre un eco serio y duradero en una región que fue la tierra natal de Abraham y la cuna de la humanidad.