Los jesuitas omnipresentes en el Vaticano
El Colegio Romano o Universidad Gregoriana, fundado por San Ignacio
"En esta última fase de su pontificado -declinando en edad, pero no en ambiciones- Francisco se ha dotado de un aguerrido equipo de ataque, completamente entregado a su causa y enteramente compuesto por jesuitas", tal es el comentario de Sandro Magister en su sitio web Settimo Cielo, el 31 de octubre de 2022.
Los jesuitas cardenales
Además del propio Francisco, el primer Papa jesuita en la historia de la Iglesia, está el cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo. "Está en lo más alto de la lista, en los planes del Papa Bergoglio, tanto para el presente como para el futuro. En cuanto al presente, el papel que le ha asignado Francisco es el de pilotar, como relator general, el Sínodo Mundial lanzado en 2021, y que durará al menos hasta 2024, y mucho más allá en la mente del Papa, con el objetivo de remodelar la Iglesia en nombre, precisamente, de una sinodalidad permanente.
"En cuanto al futuro, para nadie es un misterio que el cardenal Hollerich es también el candidato in pectore del Papa Francisco para su sucesión, en la que el actual sínodo tendrá un peso decisivo..." [Ver sus declaraciones ultra-progresistas]
Sandro Magister señala: "Es imposible no recordar que algunas de estas reformas fueron también las que otro importante jesuita, el cardenal Carlo Maria Martini (1927-2021), incluyó en el programa de la futura Iglesia, en su memorable discurso de 1999.
"Se sabe que el cardenal Martini no veía con buenos ojos al cardenal Bergoglio, pero los partidarios del pontificado actual tienen buenas posibilidades de hacer de Martini el 'profeta' de las reformas a las que finalmente Francisco está allanando el camino y de las que Hollerich se ha pronunciado a favor en varias ocasiones". En particular en una entrevista publicada por L'Osservatore Romano el 24 de octubre pasado.
Antes del cardenal Hollerich hay ciertamente otro jesuita, el cardenal Luis F. Ladaria, que en su calidad de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe prohibió la bendición de las uniones homosexuales en un Responsum hecho público el 15 de marzo de 2021. Pero cuenta poco en el sistema puesto en marcha por Francisco.
Parece ser solo una ventana falsa destinada a proporcionar simetría a la fachada. Debe responder "no" a esos cardenales -porque sí ha habido algunos- que han pedido recordarle a Hollerich que respete la rectitud de la doctrina. Recordatorio puramente retórico, sin ningún efecto concreto.
Luego está el jesuita canadiense Michael Czerny, presidente del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Fue secretario especial del Sínodo sobre la Amazonía. Desde la defensa de la naturaleza hasta los migrantes, pasando por los "movimientos populares", es el hombre del Papa Bergoglio en todos estos ámbitos que tanto le gustan.
También está el jesuita italiano Gianfranco Ghirlanda, exrector de la Pontificia Universidad Gregoriana y experto en derecho canónico. Según Sandro Magister, una de sus misiones es traducir en disposiciones legales lo que Francisco decreta con el aplomo de un monarca absoluto. A él se le debe, entre otras cosas, la refundación impuesta por el Papa a la Orden de Malta.
Los jesuitas en puestos clave
Otros jesuitas que no son cardenales han sido colocados por el Papa en puestos clave. En la secretaría general del Sínodo de los Obispos está un consultor que es, de hecho, el más cercano colaborador del cardenal Hollerich. Se trata del Padre Giacomo Costa, exdirector de la revista Aggiornamenti Sociali de los jesuitas de Milán y vicepresidente de la Fundación Carlo Maria Martini.
Asimismo, el Padre Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica y muy cercano al Papa Francisco desde su elección, también está muy activo y deseoso de promover el Sínodo mundial sobre la Sinodalidad.
Y luego, para las finanzas vaticanas, Francisco nombró al jesuita español Juan Antonio Guerrero Alves como prefecto de la Secretaría de Economía [a la cual renunció "por motivos personales", el 30 de noviembre. NDLR], la oficina que supervisa todo el sector.
Además, desde hace dos años, hay un jesuita en la basílica de San Pedro, junto al cardenal arcipreste Mauro Gambetti: Francesco Occhetta, secretario general de la Fundación Fratelli tutti, que hasta 2020 era columnista político de La Civiltà Cattolica.
También hay un jesuita entre los obispos auxiliares de la diócesis de Roma de la que el Papa es obispo: Daniele Libanori, a quien se le confió el cargo pastoral del centro de la ciudad.
Finalmente, en la Pontificia Academia para la Vida, hay otro jesuita que, para el Papa Francisco, vale y pesa mucho más que su presidente Vincenzo Paglia. Su nombre es Carlo Casalone, de 66 años. Entre 1995 y 2008, fue editor de la revista de los jesuitas de Milán Aggiornamenti Sociali, y de 2008 a 2014 superior de la Provincia Italiana de la Compañía de Jesús.
Hoy enseña teología moral y bioética en la Pontificia Universidad Gregoriana, y desde 2013 es presidente de la Fundación Carlo Maria Martini.
En su último libro-entrevista [El Sueño de Jerusalén, 2009], Martini no dudó en acusar a Humanæ vitae de haber causado, con su prohibición de la anticoncepción artificial, "un gran daño" a la Iglesia, cuando lo que hacía falta era "una nueva cultura de la ternura y un acercamiento a la sexualidad más libre de ideas preconcebidas", en definitiva, ideas preconciliares.
Fuentes: Settimo Cielo - trad. à partir de diakonos/DICI n°427 – FSSPX.Actualités
Imagen: Lalupa, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons