Los nuevos malabaristas de Notre-Dame de París

Fuente: FSSPX Actualidad

El último número de la revista Nouvelles de Chrétienté acaba de publicarse.

En Le jongleur de Notre-Dame, un maravilloso cuento popular medieval, un juglar se consagra a Dios convirtiéndose en hermano converso. Pero como ignora las oraciones más simples, no puede ofrecer a Dios y a Nuestra Señora más que sus bailes y acrobacias, en el secreto de una cripta... Allí, bajando del cielo en compañía de los santos ángeles, Nuestra Señora recompensa el inusual oficio de su humilde juglar, secándole el rostro sudoroso con el borde de su vestido.

Hoy, un presidente de la república, que ha constitucionalizado el aborto, inaugura con gran pompa la catedral de Notre-Dame de París, restaurada tras el incendio de 2019, conovcando a líderes políticos y periodistas de todo el mundo.

Ante ellos, no hace malabares con pelotas y aros, sino con palabras: laicidad y cristianismo, un cristianismo secularizado y una laicidad cristianizada... Como un saltimbanqui, manipula la religión católica para convertirla en una fe políticamente correcta... Francia reniega de sus raíces cristianas, pero las celebra en todo el mundo, durante una inauguración.

Y Nuestra Señora enjuga el rostro de su divino Hijo cubierto de escupitajos: sus mandamientos pisoteados por el asesinato de inocentes constitucionalmente legalizado.

Ante este trágico espectáculo, un arzobispo oficia. Lleva una capa multicolor cuyo estridente colorido recuerda al traje de un payaso de circo. Blande un báculo que parece una paleta de caramelo gigante.

Bajo las bóvedas góticas, a la luz de los vitrales, entre pilares y estatuas testigos de la oración de los edificadores de la civilización cristiana, el arzobispo también hace malabarismos: la sacralidad y la laicidad, lo sagrado secularizado y la laicidad sacralizada...

Y Nuestra Señora recibe las oraciones de los pequeños y humildes que no tienen derecho de ciudadanía, porque son fieles a la misa para la que se construyó su catedral, el Santo Sacrificio que ha santificado a tantas y tantas generaciones.

Enjuga los rostros afligidos de estos trovadores preconciliares, trovadores tridentinos, juglares gregorianos... Su sonrisa maternal les invita a la paciencia. Les dice que al final su Corazón Inmaculado triunfará, junto al Sagrado Corazón de su Divino Hijo.

Padre Alain Lorans