Los nuevos valores de un mundo globalizado

Los resultados del estudio realizado por el Pew Research Center se publicaron en línea el 22 de abril de 2019. El instituto hizo tres preguntas a 30,000 personas de 27 países diferentes con una muestra representativa de al menos 1,000 encuestados en cada país. Entre las preguntas formuladas: ¿el papel que juega la religión actualmente es más o menos importante que en el pasado?

Primera observación: en Europa y América del Norte, la mayoría de los encuestados cree que el lugar de la religión tiende a disminuir en la sociedad.

Excepto en Francia, donde hubo algunas divisiones: el 39% considera que el papel de la religión está creciendo, frente al 38% de opiniones contrarias. El estudio no hace distinción alguna entre las diferentes religiones, por lo que se puede pensar que el lugar cada vez más importante del islam en el espacio público francés es la causa de este resultado.

La mayoría de los 30,000 encuestados desean que la religión desempeñe un papel más importante en su país: 4 de cada 10 personas están a favor de esta transformación, en comparación con una de cada 10 que se oponen.

Cabe destacar la posición francesa, compartida por Suecia y Alemania, países en los que se identifica una mayoría favorable hacia una mayor importancia del lugar que ocupa la religión en la sociedad: una vez más, el problema del islam y su percepción en la sociedad parece influir en las respuestas.

El 58% de los encuestados señaló que los lazos familiares se han debilitado en la sociedad, y que, por el contrario, las cuestiones relacionadas con la "igualdad de género" y la "diversidad", incluido el mestizaje de las sociedades, han avanzado mucho.

No es de extrañar que los temas de "igualdad de género" y "diversidad" tengan más partidarios entre los habitantes de los países más ricos: América del Norte y Europa Occidental, mientras que Europa Central y Rusia muestran una mayor resistencia.

Una vez más, se verifican los efectos del declive de la Iglesia dentro de las sociedades, que se ha acelerado en el período postconciliar. La aspiración religiosa, propia del hombre, no ha desaparecido, sino más bien se ha individualizado y relativizado, en los casos en los que no ha sido reemplazada por nuevos mesianismos: sectas evangélicas o islam.

Las consecuencias de la secularización: la revolución sexual y sus sucedáneos, han sustituido en Occidente a una moral católica en gran medida socavada, a menudo incluso por los miembros de la jerarquía.

Aristóteles no se equivocó al decir que "la naturaleza siempre odia el vacío".