Los obispos filipinos piden límites a las restricciones para la Iglesia

Los fieles asisten a misa en el exterior de la iglesia de Quiapo en Manila
En Filipinas, la jerarquía católica ha pedido al gobierno que flexibilice las medidas restrictivas que afectan a las iglesias debido a la epidemia de Covid-19. Su principal motivo de preocupación es la organización de la Semana Santa, particularmente seguida por los católicos en el archipiélago.
Según el administrador apostólico de Manila, Monseñor Broderick Pabillo, los protocolos establecidos por la jerarquía eclesiástica son "eficaces" para prevenir la propagación del virus.
"Las iglesias no propagan el coronavirus porque existe una buena gestión de los protocolos", declaró Monseñor Pabillo en su homilía, durante la misa celebrada en la catedral de Manila el 8 de febrero de 2021.
Y el administrador apostólico de la mayor diócesis filipina citó como ejemplo las celebraciones navideñas y la fiesta del Nazareno Negro el pasado mes de enero.
"No hubo pico del virus en Manila después de las vacaciones [de Navidad] y después de la fiesta del Nazareno Negro. Esto demuestra que las iglesias, gracias a la implementación de estrictos protocolos de salud, no son fuentes propagadoras del virus", subrayó Monseñor Pabillo.
Porque en el archipiélago no se hacen las cosas a medias: en mayo del año pasado, la conferencia episcopal del país publicó sus directrices para mitigar la propagación del virus, como la instalación de pediluvios en el exterior de las iglesias...
El gobierno, por su parte, limitó el número de asistentes al 30% del aforo de las iglesias, pero se hicieron excepciones para la Navidad y la fiesta del Nazareno Negro.
Por eso, Monseñor Pabillo, apoyado por otros prelados, exhortó al gobierno a aumentar la capacidad de aforo fijada hasta ahora.
"Los fieles quieren que la capacidad de recepción se incremente al 50%: espero que los funcionarios de salud aumenten el límite de la capacidad establecida en las iglesias, especialmente a medida que se acerca la Semana Santa. Si los protocolos de los obispos funcionan, tal vez se pueda permitir que más personas asistan a las misas", explicó a Ucanews Ranelle Montelibano, una católica de Manila.
"Los filipinos necesitan del alimento espiritual para superar la fatiga y los efectos adversos de la pandemia", agregó. Un consejo cuyo eco merece ser escuchado en una Europa secularizada, donde los obispos se adelantan a los gobiernos para cerrar las iglesias, como es el caso de Portugal...
Fuente: Ucanews – FSSPX.Actualités
Imagen: alamy / Pacific Press