Los sacerdotes de Filipinas se resisten al llamado a las armas

Fuente: FSSPX Actualidad

La policía nacional de Filipinas reveló el 20 de junio de 2018 que sólo ha recibido 250 solicitudes para portar armas procedentes de sacerdotes católicos y de otros religiosos, en un contexto donde la violencia contra el clero no deja de aumentar.

El director de la policía nacional del Archipiélago, el general Oscar Albayalde, dio un año al clero de Filipinas para realizar las acciones necesarias para obtener automáticamente el permiso para portar armas: la fecha límite se cumplió a finales del mes de junio.

La seguridad de los sacerdotes se ha convertido en un problema a nivel nacional: en el primer semestre del 2018, 6 sacerdotes católicos fueron asesinados, - el último asesinato registrado es el del Padre Richmond Villaflor Nilo, quien fue muerto a tiros, cuando se disponía a celebrar la Misa.

Los obispos filipinos culpan al gobierno de Rodrigo Duterte por el estallido de violencia que ataca a todo el país.

Es en este contexto que el gobierno filipino hizo su oferta de conceder el permiso a los religiosos para portar armas, con el objetivo de manifestar su preocupación por el clero.

Por su parte, la jerarquía católica se ha mantenido al margen de esta proposición gubernamental que prácticamente no ha sido supervisada: "somos hombres de Dios, y es parte de nuestro ministerio enfrentar a la muerte, en caso de ser necesario", declaró Monseñor Romula Valles, obispo de Davao y presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas.