Mes de la Virgen María - Causa de Nuestra Alegría

Fuente: FSSPX Actualidad

¡Feliz, una y mil veces, el que, después de haber sacudido en el bautismo la tiránica esclavitud del demonio, se consagra a Jesús por María, en perfecta y total disponibilidad!

Consagrarte así a Jesús por María, es imitar al mismo Dios. El Padre, en efecto, nos ha dado su Hijo, y continúa dándonos sus gracias solamente por María. El Hijo sólo ha venido a nosotros escogiendo a María por Madre: con su ejemplo nos invita a ir a Él por la misma persona que lo ha traído al mundo. El Espíritu Santo nos comunica sus gracias y carismas solamente con la intervención de María. Nada más justo, pues, que consagrarnos a Dios por medio de María para que “la gracia vuelva a su autor -como dice san Bernardo- por el mismo canal por donde vino a nosotros”.

San Luis María de Montfort, El Secreto de María, n°34-35.