Mes de la Virgen María - Trono de la Sabiduría

Fuente: FSSPX Actualidad

El fin último de toda devoción debe ser Jesucristo, Salvador del mundo, verdadero Dios y verdadero hombre. De lo contrario, tendríamos una devoción falsa y engañosa.

Jesucristo es el alfa y la omega, el principio y el fin (Ap 1,8;21,6) de todas las cosas.

La meta de nuestro ministerio - escribe San Pablo- es construir el cuerpo de Cristo; hasta que todos, sin excepción, alcancemos la edad adulta. Efectivamente, sólo en Cristo habita realmente la plenitud total de la divinidad y todas las demás plenitudes de gracia, virtud y perfección. Sólo en Cristo hemos sido bendecidos con toda bendición del Espíritu, porque El es el único Maestro que debe enseñarnos, el único Señor de quien debemos depender, la única Cabeza a la que debemos estar unidos, el único Modelo a quien debemos asemejarnos, el único Médico que debe curarnos, el único Pastor que debe apacentarnos, el único Camino que debe conducirnos, la única Verdad que debemos creer, la única Vida que debe vivificarnos y el único Todo que en todo debe bastarnos.

San Luis María de Montfort, Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, n°61.