Mes de San José: imitemos el ejemplo de María y José (12)
Desde el momento en que Dios, al hacerse hombre, sólo quiso venir a este mundo atraído por la santa virginidad; desde que, siendo insuficiente para él la santificación nupcial, quiso tener una Madre virgen, y no consideró que José fuera digno de cuidar de su vida si no se preparaba para este papel a través de la continencia; desde que, para limpiar nuestra carne, su sangre santificó un agua salvadora donde permanecen todos los residuos del primer nacimiento, debemos entender que desde ese instante, la carne fue transformada en una carne reconstruida y renovada por el agua más pura y por el Espíritu Santo.
Respetemos nuestros cuerpos que son los miembros de Jesucristo. Honremos con la continencia esta santa virginidad que nos dio al Salvador, que hizo fecunda a su Madre, que permitió a José participar en esta bendita fecundidad y lo elevó, si se me permite decirlo, a ser el padre de Jesucristo mismo.
- Jacques-Bénigne Bossuet, Primer Panegírico de San José
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Fuentes: Bossuet / FSSPX.News – 3/12/2019