Mes de San José: virginidad fructífera (10)
Todavía nos falta contemplar lo más admirable de todo: el fruto sagrado del matrimonio de José y María, el Salvador Jesucristo.
No se asombren al oírme predicar que Jesús es el fruto de este matrimonio. Entendemos que el incomparable José fue el padre de Jesucristo a través de sus cuidados, pero sabemos que no tuvo participación alguna en su bendito nacimiento. Entonces, ¿por qué digo que Jesús es el fruto de este matrimonio? Puede parecer imposible, ¿pero no hemos dicho que fue la virginidad de María la que atrajo a Jesucristo a la tierra? ¿No es Jesús el fruto bendito producido por la virginidad? Ciertamente, San Fulgencio nos dice: “Él es el fruto; Él es el adorno; Él es el precio y la recompensa de la santa virginidad”. En consecuencia, ¿no podemos decir que es su pureza la que lo hace fructífero?
Y si es su pureza la que lo hace fructífero, no temo decir que José participó en este gran milagro. Porque esta pureza angelical pertenecía a la divina María, pero era el tesoro confiado al hombre justo José.
- Jacques-Bénigne Bossuet, Primer Panegírico de San José
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Fuentes: Bossuet / FSSPX.News – 3/10/2019