Misión Rosa Mystica: entrevista a la alcaldesa de Polomolok
La ciudad de Polomolok (Mindanao), donde se está llevando a cabo la misión médica Rosa Mystica por segundo año consecutivo, es un área urbana de 200,000 habitantes. Su alcaldesa, Honey Lumayag Matti, nos recibió en el ayuntamiento y gentilmente nos dio un poco de su tiempo, a pesar de su apretada agenda, a tan sólo unos días de las elecciones municipales. La alcaldesa aspira a un tercer y último mandato para el cargo de administración de la ciudad, cuya población ha aumentado diez veces en los últimos 50 años (tenía 15,000 habitantes en la década de 1960).
El dinamismo económico de este distrito (esencialmente actividades agrícolas) es muy atractivo, y esto ha permitido el surgimiento de una clase media y la disminución de la pobreza extrema. No obstante, sigue habiendo problemas: la infraestructura médica, entre otras cosas, no ha seguido el ritmo del crecimiento de la ciudad. Por lo tanto, nuestra presencia aquí no es superflua, y la alcaldesa renovó con entusiasmo las gracias que ya había expresado el primer día de la misión.
Desde luego, le hicimos varias preguntas sobre la coexistencia de los musulmanes (más del 20% de la población en esta región de Filipinas) y las comunidades católicas. La alcaldesa lamentó el hecho de que los dramáticos eventos que tuvieron lugar a fines del año pasado en Marawi, en la parte norte de la isla, tuvieron grandes repercusiones en la reputación de la región que, hasta ese momento, había vivido en paz. Estas observaciones fueron una excelente introducción a la proposición hecha por la Hermana Lucie al final de la entrevista: consagrar oficialmente su ciudad al Inmaculado Corazón de María, para procurar una paz verdadera, como la que Nuestra Señora prometió a quienes se entregan a sí mismos enteramente a ella y a su Hijo, el único Príncipe de la Paz. No fue sorprendente que la alcaldesa aceptara la propuesta: en la entrada del ayuntamiento, el Sagrado Corazón de Jesús y Nuestra Señora de Fátima reciben a todos los que entran en este lugar.
El Padre Hora: un sacerdote mariano
El Padre Hora es un sacerdote filipino, originario de la pequeña isla de Camiguin, al norte de la isla de Mindanao. Después de varios años de ejercer su ministerio como párroco en la diócesis de Cagayan de Oro, se marchó tras haber renunciado a su parroquia, para estudiar y poder celebrar libremente la Misa tradicional en latín, que no era la de su ordenación, celebrada en 1991.
En su parroquia, había intentado restablecer la costumbre tradicional de recibir la comunión de rodillas y en la boca, además de mantener a las mujeres fuera del coro... Esto le causó algunos problemas, y finalmente lo llevó a optar por una "jubilación muy temprana". Vivió como ermitaño durante ocho años, celebrando según el rito tradicional, completamente solo, luego con una congregación que fue creciendo gradualmente con el paso de los años. Supo acerca de la presencia de los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X en Filipinas, y asistió a un retiro espiritual en Ilo Ilo, donde permaneció un tiempo en el noviciado de San Bernardo para estudiar, antes de unirse a la Fraternidad en 2008.
Actualmente ejerce su ministerio en el Priorato de Davao junto con el Padre Tim Pfeiffer. Viaja a Mindanao para celebrar la Misa y llevar los sacramentos a los cuatro puntos cardinales de esta inmensa isla. Le toma muchas horas desplazarse de un punto a otro en autobuses repletos de gente y ruidosos... Cuando le preguntamos a qué gracia atribuía su encuentro con la Tradición, nos respondió: todo se lo debo a Nuestra Señora, al rezo constante del Rosario.
Fuente: special report – FSSPX.Actualités – 05/03/2019