Mons. Moulins-Beaufort es reelegido presidente de la Conferencia Episcopal de Francia

Fuente: FSSPX Actualidad

Reunidos en la Asamblea Plenaria de primavera en Lourdes, en abril de 2022, los obispos de Francia eligieron al nuevo presidente de la Conferencia Episcopal de Francia (CEF), por un término de tres años. Monseñor Eric de Moulins-Beaufort, arzobispo de Reims, fue reelegido presidente.

Monseñor Dominique Blanchet, obispo de Créteil, fue reelegido vicepresidente; monseñor Vincent Jordy, arzobispo de Tours, fue elegido vicepresidente; este último había presidido hasta ahora la Comisión Episcopal para la Catequesis y el Catecumenado, y asumió el cargo el 1 de julio de 2022.

Eric de Moulins-Beaufort fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1991 para la arquidiócesis de París, y luego fue nombrado capellán del Collège Montaigne (1992-1993); director del Seminario de París y profesor de la Escuela de la Catedral y del Seminario de París; capellán en el Lycée Louis-le-Grand (1993-1995). Luego fue párroco de la parroquia de Saint-Paul-Saint-Louis (2000-2005).

En 2005, se convirtió en secretario privado del arzobispo de París, monseñor André Vingt-Trois, hasta 2008. De 2009 a 2011, fue profesor extraordinario en la Facultad de Notre-Dame y en el Studium del Seminario de París. En mayo de 2008 fue nombrado obispo auxiliar y vicario general de París, fue consagrado obispo el 5 de septiembre de 2008. Luego, fue nombrado arzobispo de Reims el 18 de agosto de 2018.

Durante su primer mandato, monseñor de Moulins-Beaufort creyó que podía resolver la crisis de abuso sexual en la Iglesia con el establecimiento de la comisión Sauvé y la publicación de su informe con conclusiones cuestionables y controvertidas. También, durante la pandemia de Covid-19, impuso una serie de drásticas restricciones sanitarias para el ejercicio del culto y la asistencia a las misas dominicales.

El 6 de diciembre de 2021, Eric de Moulins-Beaufort recibió la Legión de Honor de manos de Gérald Darmanin. El Ministro del Interior y Asuntos Religiosos elogió "el valor y la determinación" del recién condecorado, hombre "de convicción y de diálogo", "frente a las dificultades a las que se enfrenta la Iglesia en relación con los actos de pederastia".

La primacía de la conversión ecológica

Durante su discurso de clausura de la Asamblea Plenaria de los Obispos de Francia, el 8 de abril de 2022, monseñor de Moulins-Beaufort se explayó largamente sobre "la emergencia climática y la urgencia de la degradación medible de la biodiversidad". Evocando una interdependencia, unió "el amor de Cristo que nos apremia" con la obligación de "acercarnos a los hermanos y hermanas lejanos que son los primeros que sufren y sufrirán los efectos del cambio climático".

Y subrayó la importancia de "constatar que la menor de nuestras acciones: alimentarnos, vestirnos, movernos, informarnos, reunirnos, desencadena una serie de causas, muchas de las cuales dañan permanentemente la 'casa común'". Por lo tanto, corresponde a los obispos continuar su "conversión ecológica" [sic] con las diócesis y parroquias, en las cuales "seguiremos cuidadosamente nuestro progreso colectivo".

Denunciando el "pecado ecológico" [sic], monseñor de Moulins-Beaufort afirmó que la bondad original de Dios en su creación "se encuentra contaminada, desfigurada, por las necesidades de nuestras sociedades, por la captura ejercida por las sociedades más ricas y los individuos más ricos en las diversas sociedades.

"Además de nuestras faltas personales en el consumo derrochador o excesivo, por ejemplo, pertenecemos a estructuras de pecado. […] Queremos proclamar a todos que existen otras formas de vivir como humanos y que pueden ser alentadoras, uniéndonos más a nuestro Creador y Salvador".

Al servicio de la vida de los demás y del planeta

Para comprender mejor las ideas que rondan la mente de monseñor de Moulins-Beaufort, será útil volver al estudio publicado en la Nouvelle Revue théologique de abril-junio de 2019 (Volumen 14, n°2), donde el obispo francés explicó cómo, según él, la Iglesia debe afrontar los desafíos del siglo XXI.

Reproducimos libremente algunos extractos del artículo publicado hace tres años, durante la primera elección de monseñor de Moulins-Beaufort al frente de la Conferencia Episcopal de Francia. Sus palabras no han perdido actualidad.

La solución a la crisis provocada por la masiva descristianización de Francia, según monseñor de Moulins-Beaufort, hay que buscarla en el Concilio Vaticano II: "Otros [pensadores], más sutiles, más lúcidos quizás [que los partidarios de una restauración que califica de ilusoria], proponen una interpretación basada en el Concilio Vaticano II".

Entre estos pensadores el presidente de la CEF distingue un nombre: "El autor francófono más importante sobre el tema es sin duda el jesuita Christoph Theobald. En concreto, en 2017 publicó un libro titulado 'Urgencias Pastorales' (Bayard)".

Esto es lo que propone este autor tan importante según la opinión de monseñor de Moulins-Beaufort: "Mientras que la Iglesia y el mundo parecen alejarse ineluctablemente, el Padre Theobald identifica un punto de convergencia o posible encuentro, en una fe elemental, apegada al bien fundamental de la vida", cuyo despliegue es necesario para la prosecución de la existencia de cada uno, pero cuyo surgimiento nunca está garantizado ante las adversidades, y desde allí trata de comprender la misión de la Iglesia.

"A costa de un considerable trabajo de evaluación y recuperación de la idea de misión, propone que la misión debe entenderse ante todo como un 'servicio a la vida de los demás', una 'humilde hospitalidad', 'poner a disposición de todos, sin espíritu de recuperación, las riquezas de Cristo'".

De ahí surge este reciente -y minimalista- recordatorio en Lourdes: "para acercarnos a los hermanos y hermanas lejanos que son los primeros que sufren y sufrirán los efectos del cambio climático". De ahí también esta insistencia: "observar que la menor de nuestras acciones: alimentarnos, vestirnos, movernos, informarnos, reunirnos, desencadena una serie de causas, muchas de las cuales dañan permanentemente la 'casa común'". De ahí, finalmente, la necesidad de la "conversión ecológica" y la lucha contra el "pecado ecológico".

Claramente, no se trata de una restauración como San Pío X deseaba [instaurare omnia in Christo, "restaurar todo en Cristo". Ep 1, 10], sino de la propuesta de una "fe elemental unida a la bondad fundamental de la vida", minúsculo común denominador para todos en una sociedad liberal progresista, donde la misión de la Iglesia es ser humildemente hospitalaria, "sin un espíritu de recuperación". Como suele decir Francisco, "¡No hacer proselitismo!"

Esto se aleja mucho de la misión de discípulos de Jesucristo, en una sociedad pagana: "Id, pues, enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que Yo os he mandado; y he aquí, que yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 19-20).

Esta timidez apostólica de monseñor de Moulins-Beaufort es el reflejo de la actitud de muchos obispos de Francia; se expresa en el artículo de la Nouvelle Revue théologique con infinitas precauciones: hipótesis, eufemismos y vaguedades... ¡Nada de declaraciones demasiado precisas! ¡Nada es catastrófico, todo es un "desafío"!

Por ejemplo, respecto al islam: "debe entenderse que Francia siempre ha sido más diversa de lo que los franceses saben o sienten. El islam añade una complicación más. Me parece que, en un país como el nuestro, nos enfrentamos a un doble desafío:

– ¿Puede el islam fomentar relaciones de fraternidad, incluso en los celos o la competencia, sin pretender necesariamente absorber a todos? - ¡Vaya, en qué términos tan galantes se ponen estas cosas! [Molière, El Misántropo, acto I, escena II]

– ¿Puede el islam nutrir la experiencia de la libertad en la dignidad personal que es lo mejor que se vive en nuestros países, y que es la principal cualidad de los católicos devotos? – En otras palabras, ¿cuándo hará el islam su aggiornamento conciliar adoptando Dignitatis humanæ?

Ahora comprendemos mejor por qué, el año pasado, monseñor de Moulins-Beaufort recibió la Legión de Honor de manos del Ministro del Interior y Asuntos Religiosos, quien aplaudió "el valor y la determinación" de un hombre "de convicción y de diálogo". Principalmente de diálogo.