Monseñor Eleganti: “Ya no confío en el Sínodo”

Monseñor Marian Eleganti es obispo auxiliar emérito de la diócesis de Coira, Suiza. Siendo primero monje en la abadía de Einsiedeln, estudió teología durante algún tiempo en Roma antes de incorporarse a la abadía de San Otmarsberg en Suiza, donde fue abad de 1999 a 2009. Consagrado obispo en 2010, se convirtió en obispo auxiliar de Coira, un cargo al que renunció en 2021.
En un artículo publicado en Kath.net, monseñor Eleganti expresa su oposición justificada al Sínodo sobre la Sinodalidad que ha entrado en su fase continental. Y lo hace sin rodeos. Incluimos algunos extractos.
"La Iglesia no ha estado en el camino equivocado durante 2000 años para ser iluminada y desengañada en el siglo XXI, a través de un proceso sinodal. Para eso, no necesitamos ni Vaticano III ni un acto de reemplazo simplificado llamado Sínodo sobre la Sinodalidad. Yo pensé, como indica el título, que el tema a tratar sería la "sinodalidad" como supuesto nuevo modus operandi de la Iglesia".
Viejas melodías revolucionarias
"En realidad, son las mismas melodías repetidas por enésima vez desde la década de 1970: democracia, participación, participación en el poder, mujeres en todos los cargos y diaconado o sacerdocio de las mujeres; revisión de la moral sexual en lo que se refiere a las relaciones sexuales fuera del matrimonio, segundas nupcias y homosexualidad, abandono de la centralidad de los sacerdotes en la liturgia, etc.
"Ya conocemos todo eso. Son los postulados, repetidos una y otra vez, pero envasados en nuevos frascos en los que se pegan las etiquetas "Escucha", "Inclusividad", "Acogida", "Diversidad", "Igualdad", en una especie de campaña de marketing que vende lo mismo de ayer pero lo presenta amablemente a los hombres y mujeres.
"Son términos que suenan bien y que tienen una connotación emocional positiva, pero son frases vacías en comparación con la verdad. Además, en boca de Jesús se expresa claramente la "exclusividad". Las personas quedan excluidas de las bodas o son expulsadas a donde están las lágrimas y el crujir de dientes".
Dios sirve como garantía al pecado
"Dios se nos vende como el amor universal inclusivo, que aprueba y bendice todo lo que hacen los hombres, porque todos son hijos de Dios. Un Dios así deja de ser verdad y justicia, que excluye el error y el pecado, así como a los que no renuncian a ellos. Al menos eso es lo que dice Jesucristo. Pero tampoco se detienen ante Él.
"No tiene nada que ver con un proceso de reforma basado en el Espíritu. No es más que la politización intraeclesial de cuestiones contrarias al verdadero discernimiento, que no se lleva a cabo, o que ya está resuelto, como la cuestión del sacerdocio femenino. Sería necesario rechazar y dejar de promover posiciones que contradicen la enseñanza y la tradición de la Iglesia".
El guion ya está escrito
"El discernimiento, sin embargo, solo tiene lugar en apariencia, porque los planes han sido fijados desde el principio (cf. el Camino sinodal en Alemania y sus malas copias en otros países como Suiza): ahora hay un deseo de avanzar universalmente.
"Cualquier niño puede verlo. La hipocresía es ilimitada. Durante 60 años, solo he vivido y escuchado la misma vieja historia, ad nauseam. Porque las cosas no mejoran ni resultan más convincentes con la repetición. Lo único que se ha perfeccionado son las falacias y la semántica. Monseñor Bätzing fue particularmente lejos en este tema.
"La roca de Pedro es una duna de arena en movimiento que sigue (synodos) con dificultad o vacilación, sin aportar la claridad que crearon sus predecesores y los concilios ecuménicos, y que ya no es aceptada. Actuamos como si estas fueran siempre cuestiones abiertas desde el punto de vista del magisterio".
La verdadera doctrina de la Iglesia
"Hemos olvidado que la Iglesia es una Iglesia 'enseñante' (ecclesia docens), una 'mater et magistra', 'madre y maestra' de la verdad, la moral y la fe, y no un viajero soñador que el espíritu de la época lleva de la mano. Siempre ha sido guiada por el Espíritu Santo y no se contradice en su enseñanza, por ejemplo, en el juicio de la homosexualidad: un gran mal del clero de los últimos 50 años, cubierto exitosamente, incluso en las más altas esferas. (…)
"Miramos para otro lado y en cambio tratamos, con la sociedad laica, de instaurar y avalar la homosexualidad dentro de la Iglesia como una variación de la creación querida por Dios. Tampoco se logrará colocando a más mujeres en puestos de liderazgo en la Iglesia.
"Las mujeres no son seres más inocentes que los hombres (cf. la doctrina del pecado original) y no deben considerarse como el remedio de todos los males de la Iglesia ni presentarse como tales, sino para abolir el sacerdocio reservado a los hombres y prometer una Iglesia supuestamente purificada del clericalismo, una pura y simple ilusión.
"La enseñanza de la Iglesia es inmutable porque es verdadera, por ejemplo, sobre el matrimonio sacramental entre un hombre y una mujer. El matrimonio no puede alterarse mediante una nota a pie de página. [Alusión a Amoris laetitia y la famosa nota 351. Ed]
"No debemos esperar innovaciones en la doctrina, sino en la transmisión de la fe. Tales innovaciones en la fe son herejías que han conducido a divisiones. Lo mismo es cierto hoy. Importantes Concilios han asegurado la claridad, como el Concilio de Trento, mientras que hoy en día los procesos sinodales sirven como vehículos para transportar sustancias nocivas o herejías, y son en sí mismos tóxicos".
"Ya no espero nada bueno del próximo Sínodo"
"¡Ven, Espíritu Santo! Ya no espero nada bueno del próximo Sínodo, mal llamado "Sínodo sobre la Sinodalidad". Ya no confío en él. La confusión, ya inculcada por los Sínodos desde 2014, es innegable y me hace pesimista sobre el discernimiento del Espíritu en estos acontecimientos.
"Los espíritus invocados son, como se puede ver en Alemania, tan difíciles de domar como un cocodrilo al que se quiere convertir en mascota. ¿Por qué? Porque no vienen de Dios.
"Usar el Espíritu Santo, a fortiori en la propia boca, y reclamarlo para uno mismo, no es más que propaganda y autoengaño, y fundamentalmente una instrumentalización de Dios. Yo no lo hago, simplemente doy mi opinión".
En estos tiempos de extrema confusión, esta denuncia es bienvenida. Ojalá que todos los obispos que dudan del sínodo, y los hay, tengan el mismo valor.
Fuejnte: Kath.net/InfoCatolica – FSSPX.Actualités
Imagen: capture d’écran Facebook