Monseñor Lefebvre y Monseñor Charrière antes de la saga Écône

Mgr François Charrière
La fundación canónica, en un marco regular, de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, el 1 de noviembre de 1970, fue fruto de una larga amistad entre dos obispos, Monseñor François Charrière y Monseñor Marcel Lefebvre, quienes recibieron el episcopado con algunos años de diferencia, bajo el pontificado del Papa Pío XII.
La siguiente reflexión fue escrita por el Padre Claude Pellouchoud.
Monseñor François Charrière (1893-1976) fue el obispo que bendijo la fundación de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. Tenía doce años más que Monseñor Marcel Lefebvre (1905-1991), pero ambos recibieron el episcopado con algunos años de diferencia, bajo el pontificado del Papa Pío XII.
Monseñor François Charrière
Nacido en Gruérien de Cerniat, Suiza, y luego alumno del seminario mayor de Friburgo (1913-1917), el Padre François Charrière fue ordenado sacerdote el 15 de julio de 1917. Vicario de la parroquia de Notre-Dame, en Lausana, asistió a las Semanas Sociales en Francia y sensibilizó a los jóvenes católicos sobre lo que entonces se llamaba la doctrina social de la Iglesia.
Cuando el párroco falleció en enero de 1920, Monseñor Charrière fue nombrado administrador de la parroquia hasta la instalación de su sucesor.
Monseñor Marius Besson (1876-1945), nuevo obispo de la diócesis (23 de junio de 1920), lo envió luego a completar sus estudios en el Angelicum de Roma.
Después de obtener un doctorado en derecho canónico en 1923, el Padre François Charrière enseñó teología moral, derecho eclesiástico y sociología en el seminario mayor de Friburgo.
En 1926, fundó, con el Padre Charles Journet (1891-1975), profesor de teología dogmática en el seminario de Friburgo, la revista de cultura católica Nova et Vetera, cuyo objetivo era arrojar la luz de la fe católica y de la teología de Santo Tomás de Aquino sobre las grandes cuestiones de los tiempos modernos.
En 1927, creó la organización benéfica Saint-Justin, en apoyo a estudiantes de países de misión, para formar un grupo de élite capaz de realizar acciones útiles en los países en desarrollo. Llamó a cientos, quizás miles, de estudiantes chinos, japoneses y africanos a Friburgo.
Director del diario La Liberté (1941-1945), se interesó por las nuevas técnicas de comunicación (radio, TV) y su utilidad pastoral.
Recibió la consagración episcopal el 21 de noviembre de 1945 de manos de Monseñor Philippe Bernardini (1884-1954), nuncio apostólico en Suiza, quien estuvo asistido por Monseñor Victor Bieler, obispo de Sion (1881-1952) y Monseñor Olivier Maradan (1899-1975), obispo de Port-Victoria.
Monseñor Marcel Lefebvre
Marcel Lefebvre nació en Tourcoing, una ciudad industrial del norte de Francia. Al ingresar en el Seminario Francés de Roma (1923-1930), fue un ferviente discípulo del Padre Henri Le Floch (1862-1950), quien, en sus conferencias espirituales, reveló a sus alumnos el papel providencial de los Papas en el curso de la historia de la Iglesia, en particular la lucha constante de los posteriores pontífices romanos contra los errores de su siglo: liberalismo, socialismo y modernismo.
El joven Padre Lefebvre mostró un encendido interés por el reinado social de Cristo Rey, promovido por el Papa Pío XI en su encíclica Quas primas (11 de diciembre de 1925). Doctor en Filosofía y Teología en la Universidad Gregoriana, ordenado sacerdote con apenas 24 años (21 de septiembre de 1929), Marcel Lefebvre inició su ministerio como segundo vicario de una parroquia en activo y luego, cambiando de dirección, se convirtió en religioso misionero de los Padres del Espíritu Santo (1932).
Siendo Espiritano, fue enviado a Gabón, donde permaneció trece años: primero como director del seminario de Libreville (1932-1938) y luego como jefe de la misión (1938-1945).
Las ruinas de la guerra lo llamaron a Francia, para asumir la dirección del escolasticado Espiritano en Mortain (1945-1947), cargo que ocupó hasta que el Papa Pío XII lo llamó a África, como vicario apostólico de Dakar en Senegal (12 de junio, 1947).
Monseñor Marcel Lefebvre recibió el episcopado el 18 de septiembre de 1947 de manos del cardenal Achille Liénart (1884-1973), quien estuvo asistido por Monseñor Jean-Baptiste Fauret (1902-1984), su ex superior en Gabón, y Monseñor Alfred Ancel (1898-1984), su antiguo compañero de estudios en el Seminario Francés de Roma.
Un celo compartido por las misiones
Habiendo sido ambos formados en Roma e interesados en la formación de clérigos, Monseñor Charrière y Monseñor Lefebvre compartían el mismo celo por las misiones. En 1953, el arzobispo Lefebvre visitó a las Hermanitas de San Pablo en Friburgo para conocer la actividad misionera de esta obra por la que mostró una gran benevolencia.
El 23 de octubre de 1955, con motivo del Domingo de las Misiones, en la catedral de Friburgo, Monseñor Charrière y el Vicario Apostólico de Dakar, también delegado apostólico para las Misiones del África Occidental Francesa, se encargaron de la predicación: "Mons. Marcel Lefebvre… hizo un llamamiento, conmovedor en su sencillez, a favor de las misiones y especialmente de África. Mostró que los pueblos negros están sedientos de una doctrina religiosa superior y, al darse cuenta de la pobreza de su paganismo, esperan al que les traiga una religión monoteísta. Algunos recurren a la doctrina de Mahoma o al protestantismo, por no escuchar a los misioneros católicos. Aquellos a quienes se les ha llevado el mensaje del Hijo de Dios se convierten rápidamente en cristianos fervientes, listos, si el yugo comunista - cuya doctrina ya se está infiltrando en el norte de África - pesara sobre ellos, a sacrificar sus vidas para mantener su fe".
Con delicadeza, el prelado recordó que su Vicario General y tres Hermanitas de San Pablo que trabajaban en los territorios bajo su jurisdicción son originarios de Friburgo.
Al final del día, Monseñor Charrière recordó la necesidad de tener un alma verdaderamente misionera: "Esta causa de las misiones no debe verse como una obra entre otras, sino como una obra esencial: uno es cristiano y luego uno es misionero o no tiene derecho a reclamar el título de cristiano. Todo cristiano debe tener presente en su corazón la invocación del Padre Nuestro: Adveniat regnum tuum [venga a nosotros Tu reino]. Pero para que este reino se extienda sin cesar a nuestro alrededor, primero debe comenzar en nosotros".
Monseñor Charrière en Senegal
En Fatick, Senegal, una misión a 150 kilómetros de Dakar, que entonces contaba con 4,000 católicos, es decir, 3,000 bautizados y 1,000 catecúmenos, se construyó una iglesia dedicada a Santa Juana de Arco según los planos del arquitecto suizo Strobel, y en gran parte gracias a la generosidad de los católicos suizos. Monseñor Lefebvre invitó entonces a Monseñor Charrière a consagrar este nuevo lugar de culto.
El viaje se prolongó durante varios días. La consagración de la iglesia de Fatick tuvo lugar el domingo 10 de mayo de 1959. Monseñor Charrière aprovechó la oportunidad, con su colega y amigo en el episcopado, para visitar la arquidiócesis de Dakar en la que los católicos eran apenas 97,000 de una población de un millón de habitantes:
• Dakar, ciudad plenamente desarrollada, ya superaba los 300,000 habitantes y ya se multiplicaban allá las iglesias, las obras sociales, la prensa, las escuelas, los dispensarios y los hospitales.
• Kaolack, sede de la Prefectura Apostólica confiada a los Misioneros del Sagrado Corazón de Issoudun, que cuenta con poco más de 4,000 cristianos sobre una población de más de 500,000.
• Ngazobil, la misión Espiritana más antigua de Senegal.
• Fadiout con sus 5,000 católicos hacinados en una pequeña isla.
• Thiès, una importante misión de 9,000 cristianos.
• El seminario de Sebikotane en un oasis verde.
• Popenguine, una pequeña y ferviente comunidad cristiana.
• El dispensario Diohine donde la hermana de la enfermería, sin medicinas y sin dinero para conseguirlas, "pinta las heridas con mercurocromo para al menos dar a la gente la ilusión de haber sido tratada".
El Concilio Vaticano II (1962-1965)
La larga reflexión que conduciría al texto conciliar Dignitatis Humanæ sobre la libertad religiosa (7 de diciembre de 1965), comenzó en el obispado de Friburgo, el 27 de diciembre de 1960. Monseñor Charrière y Monseñor Emile-Joseph De Smedt (1909-1995), obispo de Brujas, se reunieron en compañía de dos teólogos: el Padre Hamer, dominico, y el canónigo Bavaud. Este último estaba en posesión de una nota de cuatro páginas sobre la "Libertad de conciencia", mientras que el obispo belga traía un documento titulado "Libertad religiosa".
Durante el Concilio Vaticano II, Monseñor Charrière no estuvo muy presente, pero tuvo una acción ecuménica que fue apreciada en Roma (un viaje a Moscú como miembro del Secretariado para la Unidad de los Cristianos).
Por su parte, Monseñor Lefebvre, presidente de la Conferencia Episcopal de África Occidental, fue nombrado en 1960 miembro de la Comisión Preparatoria Central del Concilio Vaticano II. Juan XXIII, que sucedió al Papa Pío XII en 1958, no escuchó las aportaciones de Monseñor Lefebvre. Designó al arzobispo de Dakar al humilde obispado de Tulle, Francia (1962), una diócesis atribulada cuyo seminario acababa de cerrar. Seis meses después, Monseñor Lefebvre fue elegido Superior general de la Congregación de los Padres del Espíritu Santo.
En el Concilio, Monseñor Lefebvre, asistido por dos obispos brasileños, Monseñor Antonio de Castro Mayer (1904-1991) y Monseñor Geraldo de Proença Sigaud (1909-1999), ayudado por el cardenal Arcadio Larraona (1887-1973), y con la ayuda de algunos teólogos amistosos, utilizando medios improvisados, informaron a los Padres conciliares de lo que estaba sucediendo mientras organizaban la respuesta. A partir de la segunda sesión (1963), se formó un grupo de unos 250 padres, el Cœtus Internationalis Patrum (grupo internacional de padres), el cual presidía, para oponerse a los esquemas que estaban introduciendo nuevas ideas en teología: colegialidad, ecumenismo, libertad religiosa, etc.
Después del Concilio Vaticano II
Un año después del Concilio, el 24 de julio de 1966, con la fe de muchos fieles tan sacudida, el cardenal Ottaviani escribió a los presidentes de las conferencias episcopales y a los superiores generales de órdenes y congregaciones pidiéndoles que respondieran a una investigación sobre el peligro que afrontaban ciertas verdades fundamentales de la fe.
En su respuesta del 25 de noviembre de 1966, Monseñor Charrière dijo: "Creo poder decir con toda sinceridad que los sacerdotes y fieles, en nuestra diócesis, hasta ahora han resistido muy lealmente las infiltraciones erróneas y peligrosas mencionadas en su carta. No es que pretendamos ser mejores que los demás, sino porque los suizos están muy apegados al espíritu de independencia y desconfían instintivamente de lo que les traen de fuera. Pero esta influencia externa sigue ejerciéndose en reseñas y periódicos. También a través de los predicadores de retiro que vienen a nosotros principalmente de Francia o Bélgica. He tenido quejas sobre esto varias veces y he pedido a los superiores religiosos que nos digan exactamente qué está pasando. Ya les he quitado el poder a los sacerdotes que son demasiado progresistas. Estas son posiciones generalmente inaceptables con respecto al culto a la Eucaristía y al culto Mariano. Sobre este último punto, incluso he tenido que poner en orden a algunos sacerdotes de nuestra región. Pero esta es una pequeña minoría".
La respuesta de Monseñor Lefebvre fue dada el 20 de diciembre de 1966: "Me atrevo a decir que el mal presente parece ser mucho más grave que la negación o la puesta en duda de alguna verdad de nuestra fe... Así, impulsados a esto por los hechos, nos vemos obligados a concluir que el Concilio ha fomentado, de manera inconcebible, la difusión de errores liberales. La fe, la moral y la disciplina eclesiástica están siendo sacudidas hasta sus cimientos, cumpliendo las predicciones de todos los Papas. La destrucción de la Iglesia avanza a un ritmo vertiginoso" (Acuso al Concilio, p. 83).
Hacia Ecône
Cuando Monseñor Charrière erigió canónicamente la Fraternidad Sacerdotal Internacional San Pío X en su diócesis de Lausana, Ginebra y Friburgo, ciertamente se apegó al decreto Optatam totius (28 de octubre de 1965) del Concilio Vaticano II relativo a la formación de sacerdotes.
Pero, sobre todo, confió en "un gran amigo y conocedor de Friburgo y los friburgueses", a quien conocía bien por haber trabajado con él tanto en Friburgo como en África, que compartía su celo por las misiones, por la defensa de la fe, y que "resistió muy lealmente las infiltraciones erróneas y peligrosas" de las que hablaba el cardenal Ottaviani.
El 1 de noviembre de 1970, después de haberle autorizado voluntariamente a abrir en Friburgo un "convictorio" para seminaristas de todo el mundo, especialmente de América del Sur (6 de junio de 1969), Monseñor Charrière le dio a Monseñor Lefebvre los medios para continuar esta obra de la Iglesia en la que él creyó.
Deo gratias!

Mgr Marcel Lefebvre
Mgr Charrière au Sénégal
A Fatick (Sénégal) – une mission à 150 kilomètres de Dakar qui compte alors 4'000 catholiques, soit 3'000 baptisés et 1'000 catéchumènes –, une église, dédiée à sainte Jeanne d’Arc, est édifiée selon les plans de l’architecte suisse Strobel, et en bonne partie grâce à la générosité des catholiques suisses. Mgr Lefebvre invite alors Mgr Charrière à venir consacrer lui-même ce nouveau lieu de culte 12.
Le voyage se fait sur plusieurs jours. La consécration de l’église de Fatick a lieu le dimanche 10 mai 1959. Mgr Charrière en profite pour visiter, avec son confrère et ami dans l’épiscopat, l’archidiocèse de Dakar 13 dans lequel les catholiques ne sont encore que 97'000 sur une population d’un million d’habitants :
• Dakar, ville en plein développement qui dépasse déjà les 300'000 habitants et dans laquelle les églises se multiplient, ainsi que les œuvres sociales, la presse, les écoles, les dispensaires, les hôpitaux.
• Kaolack, siège de la Préfecture apostolique confiée aux Missionnaires du Sacré-Cœur d’Issoudun 14 qui n’a qu’un peu plus de 4'000 chrétiens sur une population dépassant 500'000 âmes.
• Ngazobil, la plus ancienne mission des Spiritains au Sénégal.
• Fadiout avec ses 5'000 catholiques entassés sur une petite île.
• Thiès, une importante mission de 9'000 chrétiens.
• Le séminaire de Sebikotane dans une oasis de verdure.
• Popenguine, une petite chrétienté fervente.
• Le dispensaire de Diohine où la sœur infirmière n’ayant plus de remède et pas d’argent pour en faire venir, « badigeonne les plaies au mercuro-chrome pour donner aux gens au moins l’illusion d’avoir été soignés ». 15
Le concile Vatican II (1962-1965)
La longue réflexion qui aboutira au texte conciliaire Dignitatis Humanæ sur la liberté religieuse (7 décembre 1965), débute à l’évêché de Fribourg, le 27 décembre 1960. Mgr Charrière et Mgr Emile-Joseph De Smedt (1909-1995), évêque de Bruges, se réunissent en compagnie de deux théologiens : le P. Hamer, dominicain, et le chanoine Bavaud. Ce dernier est en possession d’une notice de quatre pages sur « La liberté de conscience », alors que l’évêque belge apporte un document intitulé « La liberté religieuse » 16…
Lors du concile Vatican II, Mgr Charrière se manifeste peu, mais il a une action œcuménique appréciée à Rome (voyage à Moscou, membre du Secrétariat pour l’unité des chrétiens).
De son côté, Mgr Lefebvre, président de la conférence épiscopale de l’Ouest africain, est nommé en 1960 membre de la commission centrale préparatoire au concile Vatican II. Jean XXIII, qui succède en 1958 au pape Pie XII, n’entend pas le langage de Mgr Lefebvre. Il nomme l’archevêque de Dakar à l’humble évêché de Tulle, en France (1962), un diocèse en difficulté dont le séminaire vient de fermer. Mais six mois plus tard, Mgr Lefebvre est élu Supérieur général de la congrégation des Pères du Saint-Esprit.
Au concile Mgr Lefebvre, secondé par deux évêques brésiliens, Mgr Antonio de Castro Mayer (1904-1991) et Mgr Geraldo de Proença Sigaud (1909-1999), aidé par le cardinal Arcadio Larraona (1887-1973), avec l’aide de théologiens amis, usant de moyens de fortune, informe les pères conciliaires de ce qui se trame tout en organisant la riposte. A partir de la deuxième session (1963), se forme un groupe d’environ 250 pères, le Cœtus Internationalis Patrum (groupe international de pères), dont il assure la présidence, pour se lever contre les schémas qui introduisent des nouveautés dans la théologie : collégialité, œcuménisme, liberté religieuse, etc…
Après le concile Vatican II
Un an après le Concile, le 24 juillet 1966, la foi de nombreux fidèles étant tellement ébranlée, le cardinal Ottaviani écrit aux présidents des conférences épiscopales et aux supérieurs généraux d’ordres et de congrégations pour leur demander de répondre à une enquête sur le danger que couraient certaines vérités fondamentales de la foi.
Dans sa réponse du 25 novembre 1966, Mgr Charrière dit : « Je crois pouvoir dire en toute sincérité que prêtres et fidèles, dans notre diocèse, ont résisté jusqu’ici très loyalement aux infiltrations erronées et dangereuses dont parle votre lettre. Non pas que nous prétendions être meilleurs que les autres, mais parce les Suisses sont farouchement attachés à l’esprit d’indépendance et se méfient d’instinct de ce qu’on leur apporte du dehors. Mais cette influence du dehors s’exerce quand même sous la forme de revues, de journaux. Sous la forme aussi de prédicateurs de retraites qui nous viennent pour la plupart de France ou de Belgique. J’ai eu plusieurs fois des plaintes à ce sujet et j’ai demandé que les supérieurs religieux nous renseignent exactement de ce qui se passe. Il m’est arrivé déjà de retirer les pouvoirs à des prêtres trop avancés. Il s’agit généralement de positions inadmissibles concernant le culte de l’Eucharistie et le culte marial. Sur ce dernier point, il est même arrivé que j’aie dû mettre à l’ordre quelques prêtres de chez nous. Mais c’est une infime minorité. 17 »
La réponse de Mgr Lefebvre est datée du 20 décembre 1966 : « J’ose dire que le mal actuel me paraît beaucoup plus grave que la négation ou mise en doute d’une vérité de notre foi. (…) Il faut donc, acculé par les faits, conclure que le Concile a favorisé d’une manière inconcevable la diffusion des erreurs libérales. La foi, la morale, la discipline ecclésiastique sont ébranlées dans leurs fondements, selon les prédictions de tous les papes. La destruction de l’Eglise avance à pas rapides. 18 »
Vers Ecône…
Lorsque Mgr Charrière érige canoniquement, dans son diocèse de Lausanne, Genève et Fribourg, la Fraternité sacerdotale internationale Saint-Pie X, il se réfère certes au décret Optatam totius (28 octobre 1965) du concile Vatican II relatif à la formation des prêtres.
Mais il fait surtout confiance et encourage « un grand ami et fin connaisseur de Fribourg et des Fribourgeois 19 », qu’il connaît bien pour l’avoir côtoyé tant à Fribourg qu’en Afrique, qui partage son zèle pour les missions, pour la défense de la foi, et qui « a résisté très loyalement aux infiltrations erronées et dangereuses » dont parlait le cardinal Ottaviani.
Le 1er novembre 1970, après l’avoir autorisé volontiers à ouvrir à Fribourg un “convict” pour séminaristes de tous pays, spécialement d’Amérique du Sud (6 juin 1969), Mgr Charrière donne à Mgr Lefebvre les moyens de poursuivre une œuvre d’Eglise à laquelle il croit ! Deo gratias !
Abbé Claude Pellouchoud
- 12Feuille d'avis de Vevey, 27 avril 1959.
- 13Le vicariat apostolique a été élevé par Pie XII au rang d'archidiocèse métropolitain le 14 septembre 1955.
- 14La préfecture de Kaolack est créée par une séparation de Dakar en 1957.
- 15Père Gabriel Giroud, L'Echo Illustré, 6 juin 1959.
- 16De la tolérance à la liberté religieuse, Yves Carron, in les Echos de Saint-Maurice, 1991, tome 87, p. 264.
- 17Réponse de Mgr François Charrière in Renouveau conciliaire et crise doctrinale. Rome et les Eglises nationales (1966-1968), Actes du colloque international de Lyon (12-13 mai 2016).
- 18Mgr Marcel Lefebvre, J'accuse le Concile !, éditions Saint-Gabriel, 1976.
- 19Pierre Barras, Souvenirs de voyage pour le dimanche des Missions, La Liberté, 21 octobre 1961.
Fuente: Le Rocher 127/District de Suisse - FSSPX.Actualités
Imagen 1: Photographie de Benedikt Rast, vers 1950 © Bibliothèque cantonale et universitaire Fribourg, Fonds Benedikt Rast.