Mundo: la gran miseria de las iglesias

En Boston, se construyen chondos

Chondo es un neologismo inglés que reúne las palabras church y condo (abreviatura de condominio). Así, escribe Paul Durand en cath.ch el 21 de junio de 2024, en Boston, Estados Unidos, la German Holy Trinity Catholic Church ya no es una iglesia sino un edificio de lujo.

En lugar del antiguo techo, ahora hay ventanales rodeados por arcos metálicos. Tiene capacidad para una treintena de apartamentos, otros tantos espacios para coches y un gimnasio; en total más de 7,400 m2 convertidos en vivienda. En el antiguo campanario vive uno de los copropietarios.

Los feligreses de la iglesia Holy Trinity, ubicada en Shawmut Avenue, tenían la esperanza desde hace mucho tiempo de poder conservar su iglesia. Para tal fin crearon una asociación, sin éxito ante millones de promotores. “Tanto en Boston como en Toronto (Canadá), los promotores inmobiliarios no dudan.

“Ven una iglesia en mal estado, vienen, tocan la puerta y charlan después de misa. Hay una gran depredación, porque son conscientes de la mala situación económica de las parroquias”, reconoce Nicholas Lynch, profesor asociado del departamento de geografía de la Memorial University, en Terranova (Canadá), y especialista en el fenómeno de los chondos.

En Bruselas, son reasignadas a otras religiones

Como recuerda La Libre Belgique del 24 de junio, hace quince años Bruselas tenía 109 iglesias parroquiales. A los ojos de los obispos, dada la disminución de la práctica religiosa, se ha vuelto demasiado. Por tanto, su número ha disminuido. La capital cuenta ahora con 92 iglesias católicas activas.

¿Qué hacer con los monumentos donde ya no hay sacerdotes? La primera solución es confiar la iglesia a una comunidad católica que celebre servicios en una lengua particular o en un rito oriental. Si esto no es posible, el edificio se vende o se cede a un culto cristiano: principalmente a los protestantes (muy presentes en el norte de Bruselas) y a los ortodoxos.

Por el momento la diócesis no se plantea confiar una iglesia a los musulmanes. Las razones aducidas son patrimoniales: si el edificio se clasifica con su mobiliario, ¿qué hacer, por ejemplo, con los vitrales o las estatuas que no tienen lugar en una mezquita? También hay una razón simbólica: ver una iglesia transformada en mezquita sería sin duda muy difícil para algunos cristianos.

Pero Michaël Privot, administrador del Consejo Musulmán de Bélgica, organismo representativo de la fe islámica ante el Estado, quiere hacer saber que la fe islámica ya ha dicho que está abierta a poder recuperar iglesias en Bruselas. La comunidad turca, por ejemplo, expresó su interés por la iglesia Santa María de Schaerbeek.

Teológicamente, tal reasignación no plantearía un problema importante para los musulmanes. Hoy, la capilla de la Universidad Saint-Louis, originalmente cristiana, se ha convertido en un lugar de oración interconviccional (sic)". – ¡El que quiera entender, que entienda!

En Tourcoing, se desacralizan y se ponen a la venta

El 22 de junio, Riposte catholique reveló que la iglesia de Saint-Blaise du Clinquet, situada en el barrio homónimo de Tourcoing, había sido puesta a la venta, así como el presbiterio contiguo, por la diócesis de Lille, que desacralizó la iglesia el 7 de abril. El presbiterio ya estaba alquilado para vivienda desde 2017. Y la diócesis ya había vendido una iglesia en Saint-André-lez-Lille en 2022, esta última desacralizada desde 2005.

Estructuralmente no rentable (déficit de 6 millones de euros de beneficio operativo en 2021 y 2022, déficit de 1.2 millones de euros en 2022, frente a un resultado apenas superávit en 2021), la diócesis de Lille tendrá que reducir su tamaño y vender.

Así, la contabilidad indica que un edificio perteneciente a la dirección diocesana de educación católica se vendió por 3.8 millones de euros a principios de 2023, y dos escuelas en Tourcoing cerrarán a principios del año escolar 2024 para fusionarse con otros dos establecimientos, en respuesta al descenso demográfico.

– Declive demográfico, caída de la práctica religiosa, envejecimiento del clero, escasez de vocaciones: ¿dónde están los frutos de la “primavera de la Iglesia” anunciada por el Concilio hace sesenta años?