Myanmar: el ejército alimenta el caos tras el terremoto

Escenas de desolación en Myanmar
La junta militar ha indicado que el número de muertos en todo Myanmar supera las 3,000 personas, mientras que el número de heridos asciende a casi 4,000, pero estas cifras son imposibles de verificar debido al bloqueo impuesto a los medios de comunicación extranjeros, mientras que los periodistas locales ya se habían visto obligados a huir tras el golpe militar de 2021.
El US Geological Survey es una agencia que colabora a escala nacional e internacional con redes y agencias sísmicas para compartir datos e información. Según las previsiones de esta agencia, el número de muertos por el terremoto en Birmania ascendería al menos a 10,000. En Sagaing, cerca del epicentro, el 80% de la ciudad habría quedado destruida, según los habitantes.
En Naypyidaw, la capital del país, se derrumbaron 10,000 edificios. Los pocos periodistas birmanos informan de episodios aterradores: "Una habitante de Mandalay cuenta que los soldados del régimen confiscaron a punta de pistola todas las excavadoras de su barrio, sin dejar nada para salvar a los niños atrapados bajo los escombros", escribió Yan Naing Aung, según AsiaNews.
Mons. Marco Tin Win, arzobispo de Mandalay, afirma que su diócesis ha sido destruida por el terremoto: "La casa del clero de la diócesis ha sido destruida y los sacerdotes duermen en el suelo al aire libre con la gente", dice el prelado. "Muchas personas buscan desesperadamente a sus familiares desaparecidos", añade.
Las congregaciones religiosas se han movilizado para prestar ayuda: algunos voluntarios de los salesianos han logrado llegar a la ciudad de Sagaing, destruida en un 80-90% según los habitantes. Los hermanos menores de la región de Pyin Oo Lwin también están trabajando en la segunda ciudad más grande de Myanmar.
Mientras tanto, la junta militar ha rechazado las propuestas de alto el fuego presentadas por los grupos rebeldes que componen el movimiento de resistencia. El 29 de marzo, el cardenal Charles Bo y la Conferencia Episcopal Católica de Myanmar pidieron el cese urgente de las hostilidades para permitir el libre paso de la ayuda humanitaria a la población.
Pero el ejército birmano sigue centrándose en la represión de los grupos rebeldes en lugar de las operaciones de rescate, denuncian los medios de comunicación favorables al movimiento de resistencia. Una trabajadora sanitaria cuenta a AsiaNews cómo huyó de su pueblo en Mandalay debido a los bombardeos de la junta golpista, que continuaron incluso después de las sacudidas del terremoto.
La junta birmana ha anunciado, sin embargo, un cese de las hostilidades de 20 días para permitir que la ayuda y el socorro procedentes de algunos países extranjeros lleguen a la población en las zonas devastadas por el terremoto de magnitud 7.7 que golpeó a Myanmar. Sin embargo, muchos birmanos no confían en los anuncios del ejército.
Khin Mar Hlaing, una paramédico, ayudó a rescatar a los aldeanos atrapados bajo los escombros y a atender a los heridos en la región de Sagaing. Pero "después del tercer terremoto, llegaron unos cien soldados del SAC (la junta militar en el poder, nota del editor). Cinco de ellos ayudaron en las operaciones de rescate, pero los demás saquearon el monasterio [budista] y las casas del barrio, amenazando a los habitantes", relató.
Los aldeanos se asustaron y huyeron a un lugar seguro. Finalmente, tras tres días de caminata, llegaron a un monasterio en Mandalay que acogía a personas desplazadas en el interior del país. "En mi opinión, el SAC está utilizando esta catástrofe para promover operaciones militares y ataques aéreos, especialmente en Sagaing y otras zonas étnicas", comentó Khin Mar Hlaing.
La ceguera del SAC les ha llevado a cometer un error: los generales birmanos han confirmado que abrieron fuego contra un convoy de la Media Luna Roja China que se desplazaba por el estado de Shan, en una región donde algunas aldeas están controladas por el Ejército de Liberación Nacional Ta'ang (TNLA), una de las milicias étnicas que operan en las regiones del norte de Myanmar.
Tras este incidente, en el que ningún operador resultó herido, Beijing emitió una breve declaración en la que insta "firmemente a todas las partes de Birmania a garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios que participan en las operaciones de socorro tras el terremoto", según declaraciones del ministro chino de Asuntos Exteriores.
Cabe recordar que China es el principal donante de fondos de la junta golpista birmana y ahora intenta llenar el vacío dejado por los recortes presupuestarios de USAID realizados por la administración estadounidense de Donald Trump. Beijing ha enviado a Birmania 30 equipos de rescate, es decir, más de 500 personas en total.
Fuentes: Asianews/USGS – FSSPX.Actualités
Imagen: Asianews