Notre-Dame: ¿cómo se llevará a cabo la restauración de forma idéntica?

Fuente: FSSPX Actualidad

Modelo digital de Notre-Dame de París

Restaurar la estructura de Notre-Dame de forma idéntica... Un maratón iniciado hace poco menos de cinco años y que debería concluir en unos meses: después de haber reconstruido los dos brazos del crucero y la aguja, los carpinteros están trabajando ahora en la reconstrucción de la nave. Un trabajo titánico que ha contado con varias ayudas decisivas de la Providencia.

Una proeza que podría no haber visto la luz: al día siguiente del incendio, los debates eran muy animados entre los arquitectos, entre aquellos que querían dejar la estructura de madera tal como estaba para transformarla en un lugar de conmemoración, o por el contrario, hacer una más moderna y ligera, incluso en hormigón…

Al final, prevaleció la razón, probablemente iluminada por la gracia: "No restaurar la estructura de madera de forma idéntica habría degradado el valor patrimonial de la catedral", subrayó Rémi Fromont, arquitecto jefe de los monumentos históricos.

Pero esta restauración idéntica no podría haberse realizado cincuenta años antes. Si bien la modernidad a veces tiene efectos perversos, los avances tecnológicos tienen un lado positivo: han permitido llenar los vacíos en el conocimiento y las observaciones de la estructura de madera para los arquitectos y arqueólogos.

Sin olvidar otra mano amiga de la Providencia: en 2015, cuatro años antes del terrible incendio, Rémi Fromont realizó un minucioso estudio arquitectónico de la estructura de madera que tanto admiraba y que no podía imaginar que pronto se esfumaría. "Esa acción salvó la estructura de madera de Notre-Dame de París", declaró lacónicamente Frédéric Epaud, director de investigación del CNRS.

Aún era necesario recorrer las diferentes etapas de construcción de la catedral, una construcción que tardó casi dos siglos, teniendo en cuenta la evolución de las técnicas a lo largo de las generaciones de carpinteros por cuyas manos pasó la madera. Un trabajo titánico, porque dos piezas de madera tomadas una al lado de la otra podían ser extremadamente diferentes.

En efecto, en la Edad Media, se utilizaban robles especialmente jóvenes (y delgados), cortados con hacha para respetar la dirección de las fibras, en una madera verde que permitía a la vez una gran flexibilidad y resistencia. Pero los árboles del siglo XIX utilizados por Viollet-le-Duc para construir su aguja eran generalmente más viejos (y más macizos), a veces secos y preferiblemente cortados con una sierra.

Era imposible ignorar las restauraciones de Viollet-le-Duc: “Su aguja, desde su construcción, ha sido considerada una obra maestra absoluta. Es uno de los marcos de madera maciza más complejos del siglo XIX, y el más notable en cuanto a su diseño, la complejidad de sus ensamblajes y su disposición y dimensiones”, insiste Rémi Fromont.

Contrariamente a la creencia popular, “la obra de Viollet-le-Duc fue extremadamente respetuosa con los materiales antiguos”, añade el arquitecto, quien explica que su ilustre antecesor se esforzó en restaurar el edificio respetando su estilo gótico. En lugar de sustituirlas, se desmontaron determinadas maderas medievales y se reutilizaron en las restauraciones.

Sumemos a esta serie de conocimientos la aportación del profesor de arte medieval del Vassar College (Nueva York, Estados Unidos) Andrew Tallon, quien elaboró –también antes del incendio– un mapa de la estructura de madera mediante un método basado en el escaneo láser, permitiendo medir distancias con precisión milimétrica.

Todos estos datos sintetizados en la gigantesca maqueta digital fabricada por el equipo de Livio De Luca, sirvieron de base a los arquitectos para realizar la restauración de forma idéntica.

Una restauración que tal vez haga mentir al poeta: “Notre-Dame es muy vieja, y aún la hemos de ver enterrar a París, a la que ella vio nacer;/ mas, después de unos mil años, el tiempo hará caer, como hace al buey un lobo, su carcasa imponente/ Y sus nervios de hierro con un sórdido diente/ Y su pétrea osamenta se aplicará a roer!" Gérard de Nerval: Notre-Dame de París, Odelettes (1834).