Notre-Dame de París: Dios de los males saca bienes

Después de la desastrosa tarde del 15 de abril de 2019 en la que se desplomó la aguja de la catedral de París, y mientras el futuro del edificio parecía definitivamente en peligro, ¿quién podría haber creído que, cinco años después, las obras de restauración contribuirían a aumentar el conocimiento de Notre-Dame permitiéndole afrontar los siglos venideros con serenidad?
Cinco años de uso de tecnologías de vanguardia han permitido evaluar a profundidad los daños: “El incendio transformó la catedral en un cascarón, lo que permitió la aparición de muchos elementos desconocidos que estaban ocultos por las estructuras. A pesar de la catástrofe, esto constituye una fuente de conocimiento muy importante”, explicó, el 23 de abril de 2024, Aline Magnien, directora del Laboratorio de Investigación de los Monumentos Históricos.
Fue así que un conjunto de disciplinas científicas se conjuntaron en Notre-Dame para dar lugar a nuevos conocimientos: “No solo se han hecho descubrimientos esenciales sobre la historia de Notre-Dame, sino que este proyecto ha permitido realizar trabajos de restauración esenciales para los que no habríamos tenido financiación", resumió el arquitecto jefe de los Monumentos Históricos encargado de la restauración.
Y Philippe de Villeneuve añade: “También han salido a la luz las pinturas murales creadas especialmente para la boda del duque de Berry [17 de junio de 1816, NDLR] y que nunca fueron removidas". Estas pinturas servían para ocultar los daños porque, como escribió Víctor Hugo en aquellos versos inolvidables, la catedral parecía decrépita en el siglo XIX.
Los descubrimientos permitieron hacer justicia a los trabajos de restauración de Eugène Viollet-le-Duc en 1845, sistemáticamente descritos en el siglo XX: "Como lo hicimos nosotros, Viollet-le-Duc supo aprovechar las tecnologías de su siglo para adaptarlas en su restauración. (…) Toda su obra está inspirada en la Edad Media: esto se puede ver en los vitrales, las pinturas murales, el mobiliario. Construyó una catedral medieval, pero tal como se la imaginó en el siglo XIX”, subrayó Philippe de Villeneuve.
La restauración permite a Notre-Dame mirar con serenidad el tercer milenio: “En el caso de la estructura, la madera nos garantiza que puede durar 800 años”, estima Villeneuve, quien explicó las ventajas de la madera sobre el hormigón; en Reims, “la estructura prefabricada de hormigón tras el incendio de la catedral de 1914, ya necesita trabajos de restauración debido a la oxidación del acero”.
Otro descubrimiento: algunas partes del edificio pertenecientes a un antiguo lugar de culto, sobre cuyas ruinas se empezó a construir Notre-Dame a partir de 1163. “Se encontraron vigas escalonadas (piezas horizontales de la estructura) que datan del siglo XII, por lo tanto, de la primera estructura de madera. La cuestión que surge es si las bóvedas actuales son de esta época”, especifica Philippe Dillmann, director de investigación del CNRS.
El conocimiento del arte de los vitrales se fortaleció gracias al incendio: la desaparición del arte del vitral en el siglo XVIII llevó al uso de vidrio pintado en lugar de vidrios de colores. En el siglo XIX este arte resucitó, pero “había una tendencia a hacer vitrales patinados, porque así eran los vitrales en la Edad Media. Pero en los vitrales más antiguos, lo que se creía que era pátina era suciedad”, explica Philippe de Villeneuve.
Era palpable el gran orgullo experimentado por los equipos reunidos el 22 de abril para cerrar el capítulo de los conocimientos científicos de una catedral reconstruida de manera idéntica, respetando el trabajo de los primeros constructores.
La cuestión del futuro mobiliario litúrgico y de los nuevos vitrales, probablemente nos permitirá comprobar de primera mano la evidente solución de continuidad entre la expresión de la fe en la Edad Media y la decadencia litúrgica que surgió tras el aggiornamento conciliar.
Fuentes: Le Figaro/Radio France – FSSPX.Actualités
Imagen: Société des Amis de Notre-Dame de Paris