Notre-Dame de París: un año después del devastador incendio
Un año después del incendio que devastó Notre-Dame de París, acaecido en la noche del 15 al 16 de abril de 2020, el futuro de la catedral todavía está en puntos suspensivos: desde las promesas del Presidente francés y la paralización de las obras de reconstrucción provocada por la epidemia de coronavirus, hasta el debate sobre los proyectos de reconstrucción.
Cuando, en la noche del 15 de abril de 2019, las cámaras de todo el mundo se enfocaron en la imponente estructura transformada en una hoguera ardiente, todos pensamos que, al mismo tiempo, una parte notable de Francia también se estaba esfumando.
Un año después, mientras la pandemia de coronavirus ha confinado en sus hogares a casi la mitad de la humanidad, el futuro de la catedral está más que nunca en suspenso.
En lo que respecta a la investigación, la fiscalía ha presentado la tesis del accidente: "nunca excluimos nada en una investigación, pero lo que podemos decir al día de hoy, es que no existe ningún nuevo elemento que acredite una hipótesis criminal", declaró el fiscal Rémy Heitz el 11 de febrero de 2020.
En lo relacionado con la reconstrucción, cuya duración será de cinco años, según el Jefe de Estado, el debate puede resumirse como la división entre los partidarios de una reconstrucción idéntica, y aquellos que, en nombre de la modernidad, proponen una "revisión" considerada artística, del techo y la aguja.
Esta oposición está representada por dos hombres. A mediados de octubre de 2019, Philippe Villeneuve, exarquitecto en jefe de los monumentos históricos, y actual responsable de la restauración de la catedral, declaró en RTL: "En el futuro, o restauramos tal cual, en cuyo caso me ocuparé yo, o hacemos una aguja contemporánea, y entonces se ocuparía otra persona".
Una posición que no gustó nada al general Jean-Louis Georgelin, designado por el Palacio del Elíseo para supervisar los diversos aspectos del imponente proyecto de reconstrucción. Este último respondió a Philippe Villeneuve, un mes después: "debería cerrar la boca (sic) para que podamos avanzar con sabiduría y tomar serenamente la mejor decisión".
Poco antes del confinamiento general del país, en febrero de 2020, un miembro de la delegación de la comisión diocesana que participa en el proyecto de restauración del edificio, declaró, felizmente, después de haber visitado los escombros: "Fui allí un viernes, el clima era excelente, la luz se filtraba a través de los tramos. Daban ganas de instalar una bóveda de vidrio". Con tal declaración, reportada por el periódico La Croix, hay motivos de preocupación.
Sin embargo, estática como una vasija de piedra, la catedral se ríe de la escena que se desarrolla a sus pies, porque todavía tiene tiempo por delante, si hemos de creer en los versos del poeta:
"Notre-Dame es muy vieja: y acaso la veremos
Enterrar a París, a la que vio nacer;
Más, en unos mil años, el tiempo hará caer,
Como hace al buey un lobo, su carcasa imponente,
Retorcerá sus nervios de hierro, y con sórdida dentellada
Carcomerá tristemente su pétrea osamenta".
Gérard de Nerval : Notre-Dame de Paris, Odelettes, 1853.
Fuentes: RTL/La Croix - FSSPX.Actualités - 14/04/2020