Nueva encuesta sobre la dinámica religiosa en el mundo

El estudio publicado por el Pew Research Center (PRC) el 9 de junio de 2025 ofrece un análisis de la dinámica religiosa a escala mundial, desde 2010 hasta 2020. Basado en más de 2,700 fuentes, este documento examina la evolución de la religión a través de siete categorías: cristianos en sentido amplio, musulmanes, hindúes, budistas, judíos, seguidores de otras religiones y personas sin afiliación religiosa.
Como era de esperar, si el islam y la secularización ganan terreno, el cristianismo —en particular el catolicismo y los "evangélicos"— resiste, pero se enfrenta a numerosos retos. Entre 2010 y 2020, el panorama religioso mundial ha experimentado cambios significativos, marcados por dinámicas demográficas contrastadas.
Los cristianos —2,300 millones en 2020, de los cuales 1,400 millones son católicos— son los más numerosos, con aproximadamente un tercio de la población mundial. Sin embargo, su crecimiento (+122 millones) ha sido modesto, en línea con el crecimiento demográfico global (12%). Este aumento se explica por una distribución geográfica equilibrada, con una fuerte presencia en Europa, América Latina y África subsahariana, pero también por las pérdidas debidas a la desafiliación, especialmente en Europa.
Los musulmanes (chiítas y sunitas), el segundo grupo religioso, han experimentado el mayor crecimiento (+347 millones), con un total de 2,000 millones en 2020, lo que representa el 25.6% de la población mundial (+1.8 % con respecto a 2010). Esta expansión se explica por las altas tasas de fertilidad y una población joven, especialmente en Oriente Medio, el norte de África y el sur de Asia. El informe prevé que, si la tendencia se mantiene, el islam podría igualar al cristianismo en 2070.
Los hindúes, 1,200 millones en 2020, han crecido en 126 millones, un ritmo comparable al de la población mundial (12%). Su porcentaje global se ha mantenido estable en torno al 14.9%, con una notable concentración en la India, aunque su presencia ha aumentado un 62% en Oriente Medio y el norte de África, hasta alcanzar los 3.2 millones.
Por el contrario, los budistas han experimentado un descenso único, con una pérdida de 19 millones hasta alcanzar los 324 millones en 2020, lo que representa el 4.1% de la población mundial (un descenso del 0.8%). Este retroceso se atribuye a la baja natalidad y al envejecimiento de la población en países como China, Tailandia y Japón, así como a una notable desvinculación religiosa en Asia Oriental.
Otro fenómeno notable de los años 2010-2020 es que el número de personas sin afiliación religiosa ha aumentado en 270 millones, hasta alcanzar los 1,900 millones en 2020, lo que representa el 24.2% de la población mundial (+1%). Este grupo, que incluye a los ateos, los agnósticos y los "sin religión", ha aumentado debido a la desafiliación, especialmente marcada en el cristianismo y el budismo.
Los judíos (15 millones) y los seguidores de otras religiones (bahaís, jainistas, sintoístas, sijs, etc.), que suman 172 millones, registraron crecimientos modestos, del 7% y el 12% respectivamente, pero su porcentaje en la población mundial sigue siendo marginal (0.2% para los judíos y 2% para las demás religiones).
El PRC identifica tres factores clave que explican estas evoluciones: la fecundidad, la estructura por edades y las migraciones internacionales, así como los cambios de afiliación religiosa. Los musulmanes y los hindúes se benefician de poblaciones jóvenes y de altas tasas de fecundidad, lo que favorece un crecimiento natural sostenido. Por el contrario, los cristianos y los budistas, a menudo presentes en regiones con baja natalidad, como Europa o Asia Oriental, registran un crecimiento más lento o un descenso.
La desvinculación religiosa ha desempeñado un papel determinante. En Europa, la población cristiana ha disminuido debido a la secularización (19.7% de pérdida). El cristianismo y el budismo han sufrido las mayores pérdidas netas por conversión, mientras que el islam y el hinduismo registran altas tasas de retención, con solo alrededor del 1% de los fieles abandonando la religión de su infancia.
Las migraciones internacionales también han influido en la distribución geográfica. Por ejemplo, la población hindú en Oriente Medio ha crecido debido a las migraciones hacia los países del Golfo. En Europa, la inmigración ha contribuido a mantener una cierta estabilidad en la población musulmana, a pesar de la creciente desvinculación entre los cristianos.
En Europa, la población cristiana sigue siendo mayoritaria, pero está disminuyendo, mientras que los sin religión y los musulmanes ganan terreno. En Asia-Pacífico (76% de no afiliados y 99% de hindúes y budistas), la secularización y el envejecimiento tienen un fuerte impacto. En el África subsahariana, el cristianismo y el islam crecen rápidamente, impulsados por las altas tasas de natalidad.
En resumen, el primer cuarto del siglo XXI se caracteriza por un mundo religioso en transformación, debido a la secularización, la demografía y las migraciones. Existe una tendencia creciente a la desafiliación, especialmente en las sociedades industrializadas, pero el islam avanza gracias a su vitalidad demográfica. Los budistas deben hacer frente a un declive estructural, mientras que los cristianos se enfrentan al reto de la secularización, especialmente dentro del catolicismo.
El estudio del PRC tiene el mérito de mostrar, de forma implícita, que cuanto más claramente se identifica una religión, más capaz es de atraer hacia sí y de moldear a las sociedades: de ahí la urgencia, para el catolicismo, de reapropiarse de su Tradición.
Fuente: Pew Research Center – FSSPX.Actualités