Padres sinodales a imagen de Francisco (2)

Fuente: FSSPX Actualidad

Publicada el 7 de julio de 2023, la lista de participantes para la XVI Asamblea General del Sínodo Ordinario de los Obispos –o Sínodo sobre la Sinodalidad– fue comunicada a la prensa por el Vaticano. Dicha lista resulta particularmente esclarecedora sobre las intenciones del Papa Francisco (ver el primer artículo).

Al leerla viene a la mente una pregunta:

¿El Sínodo ha sido arreglado de antemano?

Ante esta lista de participantes en el Sínodo, tan ideológicamente orientado, cabe hacerse la pregunta: ¿todo está arreglado de antemano, incluso antes de la apertura de la asamblea el próximo mes de octubre? Esto es lo que escribió el Padre Joachim Heimerl, profesor universitario y sacerdote en Viena, Austria, en el sitio kath.net el 11 de julio:

"Hace diez años, uno nunca habría imaginado que un Sínodo de Obispos se convertiría en la bola de demolición de la Iglesia, especialmente cuando el Papa Francisco convocó este Sínodo como un contraproyecto a la deriva cismática de Alemania [con el Camino Sinodal]. Pero mientras tanto, el programa de los alemanes ha sido puesto sobre la mesa en Roma: debe surgir una nueva Iglesia.

"Una Iglesia más femenina e igualmente homosexual, una Iglesia 'multicolor' en la que -con excepción de los 'tradicionalistas' desterrados- todos se sientan cómodos y nadie se ofenda: sobre todo en lo relacionado con el celibato, la llamada "cuestión de los ministerios" y más aún la indisolubilidad del matrimonio.

"El Evangelio simplemente se adapta bajo el signo del arcoíris, el pecado es canonizado por la (falsa) misericordia y la Iglesia es malbaratada por obispos y cardenales. Se puede afirmar sin temor a equivocación: la Iglesia está en caída libre, al igual que el Papado".

– Esta repetición de los temas expuestos durante el Camino Sinodal alemán por el Documento de Trabajo del Sínodo Romano (20 de junio de 2023) hace que algunos se pregunten si no se trató más bien de un pre-sínodo, y si realmente el Sínodo Romano es un contraproyecto de la deriva cismática alemana.

Más adelante, el Padre Joachim Heimerl añade: "En este contexto, no es sorprendente que en todas partes se afirme que el Papa Francisco quiere por fin dar vida a una 'nueva' Iglesia después de la muerte de Benedicto XVI, quiere ordenar su "casa" antes de su muerte y el sínodo es precisamente su instrumento para ello. -Nadie puede afirmar si este es realmente el caso.

"Lo sorprendente es que son precisamente los 'amigos' del Papa quienes lo afirman muy a menudo causando así el mayor daño a su pontificado. Pero sea como fuere, un jabalí arrasa actualmente en la viña del Señor [en alusión a la condena de Lutero en el siglo XVI] y, si bien en aquel entonces el Papa León X lo puso en su lugar, [hoy] las puertas de la Iglesia se le han abierto de par en par bajo el pontificado de Francisco. 

"Las voces de advertencia, como las del arzobispo emérito de La Plata, Argentina [Monseñor Héctor Aguer] o el valiente obispo de Tyler, Estados Unidos [Monseñor Joseph Strickland], por otro lado, se pierden en el viento. No es un hecho aislado que los críticos del nuevo rumbo hacia el cual se busca orientar a la Iglesia sean silenciados públicamente. […]

"El pontificado actual parece distanciarse cada vez más claramente de sus predecesores, lo que se ilustra con dos cesuras: la exhortación postsinodal Amoris laetitia y el Motu proprio Traditionis custodes; estos dos textos marcan una ruptura evidente en la continuidad del magisterio pontificio, ruptura que es –de hecho– imposible y que, sin embargo, ahora parece consolidarse cada vez más bajo el signo del Sínodo mundial".

Y recuerda: "No existe una Iglesia 'franciscana', ni una Iglesia 'jesuita', ni tampoco una Iglesia 'sinodal'. No hay ninguna Iglesia que rompa consigo misma, que corte las raíces de su tradición, y en la que un Papa pueda seguir exigiendo la 'obediencia' de los fieles. Las décadas que siguieron al Concilio Vaticano II lo demostraron de una manera bastante dolorosa y reforzaron dramáticamente el éxodo masivo de la Iglesia".

En la misma línea, el compatriota del Papa que escribe en el blog The Wanderer expresó su preocupación el 27 de julio: "El Sínodo sobre la Sinodalidad es una señal muy clara de que se ha llegado a un punto de no retorno, cualesquiera que sean los resultados obtenidos, aunque no pase nada una vez finalizada esta asamblea.

"El simple hecho de que la Iglesia permita y aliente una reunión con la solemnidad institucional de un sínodo para discutir asuntos que pretenden modificar directamente la fe y la moral tal como nos fueron transmitidas por los apóstoles y defendidas por todos los Padres de la Iglesia y maestros teólogos es una señal contundente de que algo muy profundo se ha roto.

"Una parte, muy grande diría yo, de la jerarquía ya no tiene fe. Para ellos, la Iglesia es solo una organización entre otras, y todo lo que han pensado y enseñado sobre ella no son más que fábulas comprensibles en el pasado, pero absolutamente insostenibles hoy".

Lo que sorprende a este argentino, como al académico austriaco Josef Seifert (cf. "Un académico denuncia..."), es el "silencio aterrador": "es la ausencia de reacción por parte de quienes deberían reaccionar".

"Con excepción de algunas voces -el Cardenal Gerhard Ludwig Müller, Monseñor Joseph Strickland [de Tyler, Texas, EE.UU.] y tal vez algunos otros- ninguno de los pastores cuyo deber es proteger al rebaño, ninguno de los cardenales cuyo trabajo es acompañar y asesorar al Papa, ha dicho nada sobre la gravedad de las acciones del Papa Bergoglio".