Países Bajos: la diócesis de Roermond elimina la obligación del precepto dominical

Fuente: FSSPX Actualidad

Catedral de San Cristóbal en Roermonde

El vicario general de la diócesis, de Roermond, René Maessen, envió una carta a los fieles para informarles que la asistencia a la misa dominical ya no es obligatoria en el territorio de la diócesis, sin especificar la duración de esta exención de un mandamiento de la Iglesia.

En 2016, el personal diocesano enfatizó la importancia de la celebración semanal en cada parroquia. Al hacerlo, la diócesis de Limburgo quería mostrar que la Iglesia no se aleja, sino que quiere estar presente en la sociedad.

Sin embargo, la reciente carta del vicario general explica las razones de esta exención. La principal es la incapacidad de la diócesis para garantizar la misa dominical.

Hasta ahora, en todas las parroquias se debe celebrar misa todos los domingos. Pero la escasez de sacerdotes es tal que algunas parroquias ya no pueden garantizar la celebración.

Además, la escasez de fieles ocasiona una asistencia muy escasa y los sacerdotes ya no son reciben suficiente ayuda de los feligreses para las organizaciones materiales.

Los costos de mantenimiento de los edificios y calefacción son cada vez más altos. Así lo admite el vicario general: "Aunque las razones económicas nunca deben ser un elemento clave en los asuntos pastorales, tampoco pueden ser ignoradas".

La diócesis se pregunta si no sería mejor reunir al pequeño número de fieles, que se encuentran repartidos en diferentes parroquias, en una celebración eucarística común. Esto ha estado sucediendo en otras diócesis de los Países Bajos desde hace mucho tiempo.

El vicario general señaló que las parroquias deben hacer una evaluación cuidadosa al celebrar la Misa en una iglesia, por ejemplo, cada dos semanas, y que esto debe hacerse en consulta con la diócesis.

Es posible que una celebración semanal ya no sea posible en todas partes, pero la diócesis hace hincapié en que las parroquias solo pueden tomar esta decisión si realmente no tienen otra opción.

Maessen señala que tal decisión es casi siempre irreversible. Los feligreses podrían ver esta medida como un primer paso para cerrar una iglesia. Por tanto, la diócesis parece resignarse simple y llanamente al fracaso de su misión.