Papa Francisco: improbable renuncia para 2023
"Aquellos en puestos educativos o de liderazgo deben aprender a servir sin esperar nada a cambio, y luego hacerse a un lado para dejar espacio a los demás". Pronunciada durante el Ángelus dominical, diez días después del funeral de Benedicto XVI, esta "pequeña frase" de Francisco relanzó las discusiones sobre una posible renuncia del pontífice argentino.
El 15 de enero, en la plaza de San Pedro, el Papa se mostró incluso insistente, citando el ejemplo de San Juan Bautista que "abre la puerta a Cristo y se va". Y subrayó: "Dejar de lado, aprender a despedirse: 'He hecho esta misión, me hago a un lado y le doy paso al Señor'".
Sin embargo, como señala Domenico Agasso, vaticanista de La Stampa, si los rumores de renuncia marcarán la última parte del "reinado argentino" -rumores alimentados por un estado físico disminuido- dentro de los sacros palacios, en cambio, nadie está apostando por la inminente salida del actual sucesor de Pedro.
Es decir, no se vislumbra un cónclave futuro en el horizonte, y la agenda papal filtrada deliberadamente por la oficina de prensa del Vaticano lo confirma: viajes apostólicos programados a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, apertura de la JMJ en agosto de 2023 en Portugal, vigilia ecuménica programada para el 30 de septiembre de 2023 para el sínodo...
Pero también planes de viajes a Marsella, Hungría, Mongolia, India y Líbano: en otras palabras, es probable que la silla de ruedas del Papa sea muy utilizada en los próximos meses, sobre todo porque "se gobierna con la cabeza, no con las rodillas", como recordó recientemente el huésped de Santa Marta.
Entonces, si la salida del Pontífice argentino no es algo a considerar en los próximos meses, de todos modos ya conocemos los contornos -gracias al propio interesado- de una posible era "después de Francisco".
Tras su renuncia, el Papa explicó que llevaría el título de "obispo emérito de Roma", no usaría sotana blanca, no regresaría a Argentina sino que permanecería en Roma, adscrito a una parroquia donde confesaría a los fieles.
También podemos ver en él una forma de tomar la visión contraria a la de su predecesor, que permaneció enclaustrado en el monasterio Mater Ecclesiae, resguardado tras los altos muros leoninos.
¿Y si las palabras del Ángelus del 15 de enero no evocaban una posible dimisión, sino que iban dirigidas a los opositores del romano pontífice que ya no tienen trabajo en la Curia y que no dudan en "acusar" al sucesor de Pedro y la línea que encarna, para prepararse para el próximo cónclave?
Viene a la mente inmediatamente el cardenal Ludwig Müller, cuyo libro-programa para el próximo pontificado se publicará dentro de unos días.
O también Monseñor Georg Gänswein, exsecretario de Benedicto XVI –y todavía prefecto "en excedencia" de la casa pontificia– cuyo último libro, bastante crítico hacia el Papa actual, parece haber sellado el futuro.
Pero aunque el bastón del pontífice argentino aún resuene durante muchos meses sobre el pavimento de mármol de la Sala Regia, no cabe duda de que en Roma ya comenzaron las grandes maniobras del próximo cónclave.
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Fuente: Vatican Insider – FSSPX.Actualités
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