Polonia: declaran venerable al cardenal August Hlond

Fuente: FSSPX Actualidad

Cardenal August Hlond.

El cardenal polaco August Hlond, quien sufrió sin vacilar, por la libertad de la Iglesia, las sucesivas persecuciones de los regímenes nacionalsocialista y comunista, fue uno de los 12 siervos de Dios de quienes el Papa Francisco declaró la heroicidad de sus virtudes.

Auguste Joseph Hlond (1881-1948) fue el segundo de once hijos. Atraído por la vida de Don Bosco, viajó a Italia cuando tenía doce años con su hermano mayor para volverse salesiano. Michel Rua, primer sucesor de Don Bosco, le confirió la sotana en 1896. Luego de terminar sus estudios en Roma, fue ordenado sacerdote el 23 de septiembre de 1905. Comenzó su ministerio dedicándose a la formación de jóvenes y a la asistencia a los pobres. En 1919, fue nombrado superior de la provincia salesiana de Polonia.

En 1925, la Santa Sede le encargó el desarrollo de la vida religiosa en la Silesia polaca, convirtiéndose en el primer obispo de Katowice, una nueva diócesis donde coexistían polacos con alemanes. Al año siguiente, el Papa Pío XI lo nombró arzobispo de Gniezno y Poznan, y del primado de Polonia. El 20 de junio de 1927, fue creado cardenal.

En 1932, fundó la Sociedad de Cristo para los inmigrantes polacos, con el fin de ayudar material y espiritualmente a sus compatriotas que habían tenido que abandonar el país.

En marzo de 1939, participó en el cónclave que eligió a Pío XII. El 1 de septiembre de ese mismo año, los alemanes invadieron Polonia, evento que marcó el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

El cardenal Hlond levantó la voz contra los abusos cometidos por las tropas de Hitler en el país. Forzado al exilio, se refugió en Francia, primero en Lourdes y, posteriormente, en la abadía de Hautecombe, en Savoie, desde donde denunció la persecución de la que fueron víctima los cristianos de su país, pero también los judíos.

La Gestapo no dudó en irrumpir en la abadía el 3 de febrero de 1944 para arrestarlo. Fue llevado a París, y el prelado se negó a apoyar la formación de un gobierno títere en Polonia, y por este motivo fue internado en un campo de trabajo forzado, primero en Lorena y, posteriormente, en Westfalia.

Liberado por las tropas aliadas el 1 de abril de 1945, pudo regresar a su país. Pero, desgraciadamente, inició en Polonia el régimen comunista, pasando de Caribdis a Escila.

El cardenal Hlond continuó defendiendo los intereses de los católicos contra la opresión del sistema ateo marxista y el totalitarismo estalinista, escapando de múltiples atentados instigados contra él. Finalmente, murió a la edad de 67 años, el 22 de octubre de 1948, víctima de una neumonía.

Miles de personas asistieron al funeral de esta noble figura, que se sacrificó por la libertad de la Iglesia y el reinado de Cristo Rey en Polonia.