Preparación para la fiesta de Navidad: Antífonas de la O - 20 de diciembre

"Que en los próximos días un himno de alabanza y adoración, ardiendo con fuego Pentecostal, ascienda al trono de Dios, el Padre de misericordia: "Te exaltamos, oh Dios, y bendecimos tu nombre para siempre. Tu reino es un reino eterno y tu imperio perdura de generación en generación". (Salmo 144, 13). Todas las cosas están sujetas a tu poder y no hay nadie que pueda resistir a tu voluntad. (Ester 12, 9) Tú eres, oh Dios, el Autor y Creador de todas las cosas, su ejemplo, su medida y su fin. Y después de este acto de fe, con un corazón humilde y contrito, que los hombres recen esta oración de Daniel: "Hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos sido impíos y rebeldes, nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus leyes. Justo es Yahvé nuestro Dios en todas sus obras que ha hecho; pero nosotros no quisimos oír su voz" (Dan 9, 5 y 14). Entonces Dios, en su sabiduría y bondad infinita, tocado por la fe y el humilde arrepentimiento de sus criaturas, quizás preste oído, vea su angustia y venga en su ayuda. Demostró su amor por los hombres al enviar a su Hijo unigénito al mundo, para que vivieran a través por Él" (1 Jn 4,9).

Pío XII, discurso a los peregrinos estadounidenses, 1 de septiembre de 1948