Preparación para la fiesta de Navidad: Antífonas de la O - 22 de diciembre

¿Dónde, pues, depositar este deseo para la restauración de la sociedad con más tranquilidad y confianza y con una fe más eficaz, que a los pies del "Deseado de todas las naciones" tendido delante de nosotros en su pesebre, con todo el encanto de su dulce humanidad de un niño pequeño y, al mismo tiempo, con todo el conmovedor atractivo de su misión redentora que comienza? ¿Dónde podría esta noble y santa cruzada por la purificación y renovación de la sociedad encontrar su más expresiva consagración y su más eficaz estímulo, si no en Belén donde, en el adorable misterio de la Encarnación, se revela el nuevo Adán, a las fuentes de la verdad y de la gracia de quién la humanidad debe venir a buscar el agua saludable si no quiere perecer en el desierto de esta vida? De plenitudine eius nos omnes acceptimus, "Y de su plenitud hemos recibido todos" (Jn 1,16). Su plenitud de verdad y gracia, ahora como desde hace veinte siglos, se desborda sobre el mundo con una fuerza que no disminuye; su luz es más poderosa que las tinieblas, el rayo de su amor más fuerte que el gélido egoísmo que impide a tantos hombres crecer y permitir que domine lo mejor de ellos. Ustedes, Cruzados voluntarios de una nueva y noble sociedad, levanten el nuevo lábaro* de la regeneración moral y cristiana, declaren la guerra a las tinieblas de un mundo separado de Dios, a la frialdad de la discordia entre hermanos, declaren la guerra en nombre de una humanidad gravemente enferma que debe ser sanada, en nombre de una conciencia cristiana realzada".

Pío XII, radiomensaje de Navidad, 24 de diciembre de 1942

*lábaro: estandarte militar de la caballería romana, sobre el que Constantino colocó la Cruz y el monagrama de Cristo en lugar del Águila romana, símbolo de Júpiter.