¿Qué opina un teólogo protestante sobre el Papa Francisco?

Fuente: FSSPX Actualidad

Thomas Schirrmacher.

En el diario alemán Die Zeit, el periodista alemán Julius Müller-Meiningen publicó el 27 de octubre de 2017, una entrevista con Thomas Schirrmacher, presidente de la Comisión Teológica de la Alianza Evangélica Mundial, la cual cuenta con dos millones de fieles tan sólo en Alemania. A continuación, presentamos las respuestas más importantes de este teólogo evangélico, íntimo amigo del Papa Francisco.

Die Zeit: ¿Francisco es un regalo para el protestantismo?

Sí, pienso que sí. Ésta es una oportunidad única. En el diálogo ecuménico, ya no es necesario empezar desde la parte inferior de la jerarquía para poder llegar a las esferas más altas, como sucede en las cortes reales; al contrario, ahora se tiene acceso directo. Al parecer, a eso se dedica Francisco cuando está en casa. Cuando quiere comprender algo sobre el budismo, manda llamar a la gente del Vaticano competente en esa área, excluyendo al cardenal a cargo (de la cuestión relacionada con el budismo). Este método directo de comunicación es la clave del diálogo ecuménico y de las relaciones mutuas entre las religiones.

Die Zeit: ¿Esto se debe a que la discusión sucede al mismo nivel?

Definitivamente. Además, el Papa ha reducido el elemento de poder que anteriormente siempre estaba presente. Por ejemplo, al inclinarse ante el Patriarca ortodoxo Bartolomé I, el Papa, con ese gesto tan simple, estableció una situación de igualdad. Esto es digno de admiración.

Die Zeit: ¿Puede un protestante admirar al líder del catolicismo?

Yo admiro a Francisco, porque está intentando hacer algo que tal vez jamás funcione. Ha llamado a la Curia Romana uno de los lugares más corruptos y pecaminosos del mundo, y al hacerlo decidió emplear casi las mismas palabras que Martín Lutero empleó hace 500 años. Francisco ha desafiado a la Curia: admiro su valentía. Y también puedo distinguir entre su personalidad, su función magisterial dentro del Iglesia católica y sus deberes.

Die Zeit: ¿En qué se oponen las opiniones del Papa y las posturas oficiales de la Iglesia?

Me viene a la mente la cuestión de cómo nos consideran los católicos a nosotros los protestantes: ¿como una verdadera Iglesia o simplemente como una comunidad eclesiástica? En los documentos oficiales (de la Iglesia católica) se habla de nosotros como una comunidad eclesiástica. Por otra parte, Francisco considera este punto de un modo muy tranquilo, y por supuesto nos trata en todos los aspectos como si fuéramos una Iglesia. En la vida diaria estas cuestiones son dejadas de lado. Pero si se abordaran en un documento oficial de la Iglesia, lo más probable es que la situación sería distinta.

Die Zeit: El Papa tiene problemas con su propia Iglesia, pero, ¿está totalmente de acuerdo con los protestantes?

¿Francisco está en la Iglesia equivocada? En el Vaticano, se ha hecho de poderosos enemigos y ha tomado grandes riesgos. Dentro de la Iglesia existen fuertes voces que lo niegan como Papa. En la política, sucede lo mismo, ha sido acusado por ese mismo tipo de situaciones: cuando alguien realiza muchos cambios, se le acusa de pertenecer al grupo incorrecto. Personalmente, me gusta llamar a Francisco el nuevo Mijaíl Gorbachov de la Iglesia católica. Y a mis amigos católicos no les gusta mucho este título. 

Die Zeit: ...porque logró deshacer la Unión Soviética. ¿Puede la Iglesia católica sufrir el mismo destino bajo el pontificado de Francisco?

Me consta, por declaraciones del Papa, que él mismo tiene esta preocupación. Durante el Sínodo de la Familia, hace dos años, en el cual estuve presente, se pisó ocasionalmente el límite del cisma. Sin embargo, Francisco hizo todo lo posible, con su intervención, para evitarlo.

Die Zeit: ¿Se refiere a la carta de los doce cardenales conservadores en el Sínodo?

Sí, la carta se hizo pública antes de que el papa la leyera. Con esta acción, estos personajes de gran notoriedad amenazaron a Francisco, (alegando) que la Iglesia católica dejaría de ser la Iglesia católica si el Papa no disminuía su afán por el cambio. El año pasado, cuatro cardenales, entre ellos el difunto Joachim Meisner, compartieron públicamente sus dudas (Dubia) sobre el magisterio de Francisco. Actualmente, la posibilidad de oponer resistencia al Papa se debate abiertamente. Para un protestante, nada de esto parece muy católico. El Vaticano sigue actuando como si fuera solamente una pequeña minoría que busca confrontación. Pero ya no es una minoría.

Die Zeit: Francisco da la impresión de falibilidad. Sus múltiples entrevistas y sus observaciones sobre asuntos internacionales refuerzan esta impresión. ¿Puede esta tendencia a la falibilidad ser una fuerza impulsora del diálogo ecuménico?

Sí, por supuesto. Hace no mucho, hablé con Francisco sobre las distintas velocidades del proceso de unificación de la Iglesia. Él está totalmente dispuesto a dar un paso atrás frente a las Iglesias ortodoxas, y en unión con ellas, convertirse simplemente en el Obispo de Roma, una especie de mediador entre iguales. Ésta es la línea fijada entre el Papa Francisco y el Patriarca ecuménico Bartolomé I. La Iglesia ortodoxa rusa, junto con Bartolomé I, boicotearon este potencial avance, así que las cosas seguirán iguales. En cualquier caso, es evidente que Francisco no tiene ningún problema en hacer a un lado las pretensiones de infalibilidad.

Die Zeit: Y así es como empiezan a tambalearse los pilares del catolicismo...

En una ocasión, el Papa Francisco dijo durante una discusión que Benedicto XVI y Juan Pablo II tampoco fueron infalibles, y que, hasta donde se sabe, nunca ejercieron su prerrogativa (de infalibilidad). Con el dogma de la infalibilidad, Bergoglio no podrá hacer nada. Está verdaderamente listo para llegar al límite de lo imposible dentro de su Iglesia. Con motivo del aniversario 500 de la Reforma, en Lund, Suecia, el Papa predicó según sus deseos explícitos. Desde mi punto de vista, Francisco interpretó el pensamiento de Lutero mejor que la mayoría de los obispos luteranos.

Die Zeit: ¿Es el Papa el verdadero intérprete de la herencia de Lutero?

Cuando inició su mandato, Francisco no sabía nada sobre la Reforma (luterana). Ya en Argentina, había hecho algunos contactos personales entre los protestantes, con evangelistas y representantes de otras religiones. Pero Francisco es, antes que otra cosa, un hombre de la Biblia. La abre y lee en ella la Buena Nueva, directamente en el texto. La crítica bíblica, como la conocemos, no tiene nada que ver con él. Aborda de manera muy directa los textos bíblicos. Esto lo convierte en un verdadero heredero de Lutero. Por tanto, es natural que entre en conflicto con las posturas tradicionales sobre el matrimonio, el divorcio y el acceso a los sacramentos, temas centrales del sínodo sobre la familia, y de su exhortación postsínodal Amoris Laetitia.