Reconocimiento de la transparencia financiera del Vaticano

Gobernación de la Ciudad del Vaticano
El largo proceso de normalización y recuperación del control de las finanzas de la Santa Sede se ha visto coronado por un nuevo éxito internacional.
La administración tributaria de Estados Unidos clasificó a la Santa Sede y al Estado de la Ciudad del Vaticano como sistemas económicos confiables para la seguridad financiera y la auditoría de clientes.
Gracias a las nuevas leyes del Estado de la Ciudad del Vaticano y de la Santa Sede que han fortalecido la transparencia y la vigilancia en materia financiera, el reconocimiento internacional se está fortaleciendo.
A través del sitio web del Servicio de Impuestos Internos (IRS), la agencia federal responsable de recaudar los impuestos y asegurar el cumplimiento de las leyes tributarias del presupuesto federal de Estados Unidos ha formalizado este reconocimiento.
El Vaticano es ahora una de las jurisdicciones cuyas reglas de seguridad financiera cumplen con los parámetros internacionales. Estados Unidos ha reconocido que las reglas del Vaticano para verificar a sus clientes son equivalentes a las suyas.
Concretamente, las organizaciones financieras del Vaticano permiten ahora recopilar todos los documentos necesarios para establecer inequívocamente a los titulares de cuentas bancarias. Si recordamos el estado de estos datos hace tan solo veinte años, debemos admitir que la mejora es considerable.
Las autoridades fiscales estadounidenses ahora reconocen a la Santa Sede y al Estado de la Ciudad del Vaticano entre la lista de países confiables que pueden rastrear a cualquier titular de cuentas sospechosas y así prevenir operaciones de lavado de dinero.
Es lamentable, sin embargo, que este esfuerzo, muy loable en sí mismo, especialmente en un momento en el que la manipulación y el fraude de todo tipo son una situación común, se limite a un dominio material.
Sería infinitamente más necesario verificar el ámbito de la fe y controlar los errores y herejías que circulan en la cristiandad, a veces como resultado de episcopados enteros. ¿De qué sirve ganar el mundo, dijo nuestro Salvador, si se pierde el alma?
Y la jerarquía -papa y obispos- solo pueden salvar su alma protegiendo a los fieles de los lobos rapaces que abundan hoy en día.
Fuentes: Vatican news/cath.ch – FSSPX.Actualités
Imagen: Sitomon, CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons