Recuerdos cardenalicios

Fuente: FSSPX Actualidad

El cardenal Camillo Ruini

El cardenal Camillo Ruini fue una de las principales figuras influyentes de la Curia durante los pontificados de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, sirviendo durante casi quince años como presidente de la Conferencia Episcopal de Italia (CEI) y vicario de Roma. De ahí la importancia de las entrevistas que el alto prelado acaba de conceder al Corriere della Serra, durante junio de 2024.

El expresidente de la CEI –cercano a los círculos de la democracia cristiana– recuerda un almuerzo celebrado en 1994 en el Palacio del Quirinal, antigua residencia de los soberanos pontífices y actual sede de la presidencia de la República Italiana. La anécdota adquiere un carácter muy particular en el contexto político italiano de 2024.

El entonces presidente de Italia, Oscar Luigi Scalfaro, católico de centro izquierda, recibió a los cardenales Camillo Ruini, Angelo Sodano, entonces secretario de Estado de la Santa Sede, y a uno de los más estrechos colaboradores de este último, el cardenal francés Jean-Louis Tauran.

Monseñor Ruini señala que el presidente italiano pidió la intervención de la Iglesia para ayudarle a "derrocar" el gobierno presidido entonces por Silvio Berlusconi, un hombre en el que Scalfaro veía una "amenaza populista" para la democracia. Una propuesta recibida en “un silencio embarazoso” por los tres eclesiásticos de alto rango que decidieron no darle seguimiento.

“Berlusconi tenía sus límites, pero no era subversivo, y nosotros considerábamos que los peligros para la República estaban en otra parte”, explica Camillo Ruini. Mutatis mutandis, 30 años después, el sucesor de Scalfaro sigue siendo un hombre de centro izquierda que probablemente siente tanta simpatía por la presidenta del consejo italiano, Giorgia Meloni, como su predecesor por Il Cavaliere...

Pero al frente de la CEI está ahora el cardenal Matteo Zuppi, de la comunidad de Sant'Egidio, que no dudó en pronunciarse contra el movimiento político encarnado por Giorgia Meloni. ¿Veríamos la misma solicitud proveniente del Quirinal en 2024, y cómo la recibiría el actual jefe de la CEI? Suficiente para dar que pensar a los vaticanistas y a los cronistas políticos de la Península, que saben muy bien que la anécdota no fue contada por casualidad por Camillo Ruini.

Otras dos historias se refieren al pontificado de Juan Pablo II: este último utilizó una frase que parecía aceptar la teoría de Urs von Balthasar según la cual el infierno estaría vacío. El cardenal Giovanni-Battista Re dijo al cardenal Ruini que el Papa polaco "no se reconocía en esta ambigüedad y había pedido a la Curia que nunca citara la frase que había utilizado, porque estaba convencido de que el infierno existía y que estaba repleto de condenados".

Sin duda hubiera sido mejor rectificar un error que enterrarlo...

Asimismo, en el año 2000, cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) publicó la declaración Dominus Jesus, reafirmando que Cristo es el único Salvador del mundo, los teólogos progresistas protestaron al ver en ella la mano del cardenal Josef Ratzinger, prefecto de la CDF: sin embargo, según Monseñor Ruini, el documento era una petición personal de Juan Pablo II que quería “cerrar el debate”.

Un debate que lamentablemente tuvo que reanudarse muy rápidamente, dado que el magisterio – ayer como hoy – no pudo deshacer el camino andado sobre las ambigüedades ecuménicas presentadas por varios documentos promulgados durante el Concilio Vaticano II algunas décadas antes.

Al despedirse del periodista que lo entrevistaba, el cardenal Ruini evocó el ocaso de su vida –tiene 93 años– y su relectura de la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino: "He llegado a la pregunta 75 de la prima pars, sobre la esencia del alma". Algo para reflexionar sobre la muerte.