Roma: los Establecimientos Piadosos de Francia en medio de la tormenta

Fuente: FSSPX Actualidad

¿Podría estar en peligro el patrimonio religioso francés en Roma? Esto es lo que se desprende del informe del Tribunal de Cuentas que acaba de publicarse. Los "Sabios de la calle Cambon" señalan una gestión “fuera de control” de la institución de los Establecimientos Piadosos de Francia en Roma. Con la implicación de fondo de una cierta inacción por parte del gobierno francés.

“La iglesia San Luis de los Franceses está en proceso de renovación y la mayoría de sus tesoros no son visibles. Por el momento solo la nave es accesible. Las naves laterales y las diez capillas laterales están ocultas al público por lonas y andamios, ocultando en particular el inestimable Ciclo de la Vida de San Mateo, de Caravaggio, ante el cual cientos de miles de visitantes se extasían cada año.

Decididas hace unos meses, las obras deberán estar terminadas a principios de diciembre. Su objetivo: rehacer toda la instalación eléctrica obsoleta, así como la iluminación de la iglesia, protegiéndolo todo del riesgo de incendio. Una triste observación de Jérôme Gautheret, corresponsal especial de Le Monde en Roma, el 12 de septiembre de 2024.

El informe presentado el 3 de septiembre por los magistrados del Tribunal de Cuentas deplora “numerosas y evidentes deficiencias” en la gestión “aproximada” del patrimonio religioso francés en Roma, un patrimonio sin embargo “de considerable valor”. Los hechos denunciados por los magistrados franceses abarcan el período 2015-2022.

En cuanto a los bienes inmuebles, el informe lamenta que no se hayan valorado "con precisión": "no se ha hecho ninguna estimación del valor de las obras", en particular los famosos cuadros de Caravaggio que podrían valer varios cientos de millones de euros. El Tribunal de Cuentas también señala “riesgos de despojo que, para algunos, ya se han materializado”.

La situación no es mejor en el sector inmobiliario, valorado en 213 millones de euros, y que genera ingresos de 4.6 millones de euros: el informe denuncia una “opaca política de asignación y fijación de alquileres” de 148 apartamentos y 31 comercios situados en zonas residenciales de Roma, con “pocas ventajas justificadas concedidas a muchos inquilinos”.

Lo que los magistrados consideran una “falta de profesionalismo” privaría a los Establecimientos Piadosos de “casi el 50%” de los ingresos que deberían ser suyos. Los magistrados mencionan también "desviaciones importantes" en trabajos realizados sin previa licitación "con el riesgo de una sobrefacturación importante" por parte de las empresas designadas.

El gobierno francés no se deja engañar por esta negligencia: “El Ministerio de Asuntos Exteriores, informado desde hacía tiempo de estos abusos, no tomó las medidas necesarias”, añade el informe. "La responsabilidad de los embajadores y del Estado está comprometida" y este último "debe poner fin sin demora a los errores observados", concluyen los Sabios de la calle Cambon.

Lo que es más grave, según Le Monde, es que los autores del informe “revelan la existencia, hasta 2018, de un “fondo secreto”, en forma de una cuenta en el Instituto para las Obras de Religión, el sulfuroso 'Banco del Vaticano', cuyo origen no está claro”.

Los Establecimientos Piadosos

La institución conocida como Establecimientos Piadosos tiene su origen en las fundaciones piadosas erigidas por los franceses en Roma y Loreto en la Edad Media. Durante la época carolingia, se formaron en la Ciudad Eterna las primeras comunidades compuestas por franceses. Estas cofradías estaban adosadas a una iglesia y contaban con lugares aptos para recibir a los peregrinos de paso.

Durante la agitación revolucionaria, el Papa Pío VI, mediante un breve pontificio de 1793, reunió las diferentes fundaciones bajo la autoridad del cardenal François-Joachim de Pierre de Bernis, exembajador del Reino de Francia ante la Santa Sede durante 25 años, otorgándole el título de “Visitador Apostólico de todos los establecimientos de Roma y del Estado Eclesiástico”.

En 1801, Napoleón Bonaparte logró que quedaran bajo la autoridad del embajador de Francia. Después de la caída de los Estados Pontificios en 1870, los nuevos líderes de Italia no tocaron este estatus: no fue hasta 1940 y la entrada de Italia en la guerra contra Francia que fueron secuestrados. Una situación que terminó en 1943, gracias a la intervención de la Santa Sede.

En 1956, Wladimir d'Ormesson, embajador ante la Santa Sede, estableció el reglamento aprobado por un breve pontificio de Pío XII el 8 de septiembre del mismo año. Si bien el embajador garantiza la supervisión de los establecimientos piadosos, su gestión se confía a un administrador (un religioso) y a un tesorero (un laico), asistidos por una “congregación”, compuesta a su vez por laicos y religiosos a partes iguales.

Una operación que parece haber mostrado sus límites antes de descontrolarse con el paso de los años: además, el Tribunal de Cuentas señala las “reiteradas negativas del administrador y del tesorero en funciones al inicio de la auditoría a responder a las preguntas del Corte".

Podemos apostar a que el informe, hecho público por la prensa, permitirá prestar un poco más de atención a los Establecimientos Piadosos y tomar el toro por los cuernos para rectificar la situación: este patrimonio religioso es a la vez un bien cultural, pero sobre todo un buen espiritual donde los fieles en general, y los franceses en particular, encontrarán algo mejor que pan y circo.