Sede vacante: del funeral a los días posteriores

Dom Donato Cagliari y el cardenal Raniera Cantalamessa, que predicarán en el Sacro Colegio antes del cónclave
La vacante de la Sede Apostólica, que sigue a la muerte o renuncia de un Papa, es un momento clave en la vida de la Iglesia católica. Las normas que rigen este período están estrictamente codificadas y dejan poco margen para la improvisación. FSSPX.Actualidad ofrece a sus lectores una visión más clara de las reglas que rigen el Estado de la Ciudad del Vaticano hasta la elección del nuevo Papa.
Mientras numerosos jefes de Estado y una gran multitud de fieles asisten al funeral del Papa Francisco, en Roma se organizan los días posteriores. Los cardenales tienen un plazo máximo de veinte días a partir de la vacante de la Sede para comenzar a elegir un nuevo Papa: en la práctica, el plazo es más corto, y la rapidez con la que se han decidido los funerales del pontífice argentino parece indicar que la Curia, con el cardenal Parolin a la cabeza, no quiere perder tiempo.
El cardenal Giovanni Battista Re, decano del Sacro Colegio, ha convocado a los futuros electores que convergen en Roma: el 24 de abril de 2025 ya eran 113 —de un total de 135— los presentes en la Ciudad Eterna. Esta convocatoria no es una formalidad, sino una llamada imperiosa, bajo el sello de la "santa obediencia". Cada cardenal, investido del sagrado cargo de participar en la elección del Pontífice, está obligado a responder a este llamado y a acudir al lugar designado, salvo impedimento grave.
La legislación vaticana prevé el caso de los cardenales que, por motivos imprevistos, lleguen después del inicio del cónclave, pero antes de que se haya completado la elección del nuevo Papa. Estos últimos podrán incorporarse al proceso electoral, garantizando así que su voto, legítimamente esperado, pueda contribuir a la deliberación. Esta disposición demuestra la voluntad de preservar la unidad y la representatividad del Sacro Colegio, más allá de los imprevistos que puedan surgir en los desplazamientos.
Del mismo modo, si en los próximos días un cardenal tuviera que abandonar la Ciudad del Vaticano por un motivo grave, reconocido por la mayoría de los electores, conservaría el derecho a regresar y reanudar su participación en la elección.
La Santa Sede ya ha dado a conocer los nombres de los dos predicadores que tomarán la palabra, uno en los días siguientes al funeral del Papa difunto y otro al comienzo del cónclave: se trata de Dom Donato Ogliari, O. S.B., abad de San Pablo Extramuros, y del cardenal Raniero Cantalamessa, religioso capuchino que ha deseado seguir siendo sacerdote a pesar de su elevación al cardenalato, y además antiguo predicador de la Casa Pontificia.
El primero es un benedictino que obtuvo el título de doctor en teología en la Universidad Católica de Lovaina, tras publicar una tesis sobre la gracia y el libre albedrío en el debate entre San Agustín y los semipelagianos. Nombrado miembro del Dicasterio para los Obispos en julio de 2022 por el Papa Francisco, Dom Ogliari desempeña un papel en la elección de los nuevos obispos y cuenta con experiencia administrativa, en particular como vicepresidente de la Conferencia Monástica Italiana.
El cardenal Cantalamessa es más conocido, ya que ha ejercido como predicador en el Vaticano bajo los tres últimos Papas. Es uno de los partidarios de la "Renovación Carismática", en la que ve una gracia para toda la Iglesia.
Se puede decir que estos dos religiosos, cuya tarea es pronunciar ante el Sacro Colegio varias predicaciones que deben perfilar los contornos del próximo pontificado, son partidarios de un reformismo moderado, según el espíritu del Concilio Vaticano II, ma non troppo, como se dice en Roma. Esto ilustra una forma de reorientación —muy relativa— a la que parece aspirar ahora una parte del Sacro Colegio para el futuro de la Iglesia.
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Fuentes: Site du Vatican – FSSPX.Actualités
Imagen 1: Chiesa Cattolica Italiana
Imagen 2: © Vatican News