Silicon Valley seducido por el “pronatalismo”
Malcolm y Simone Collins con sus hijos
Silicon Valley nos había acostumbrado al desarrollo de pequeñas joyas tecnológicas para gestionar nuestras vidas y nuestros deseos, para bien o para mal, pero ahora los gigantes tecnológicos pretenden invertir para contribuir a la renovación de una humanidad rediseñada.
El pronatalismo se está extendiendo, particularmente entre el círculo de adinerados fundadores de start-up exitosas. La observación es simple: “El colapso de la población debido a las bajas tasas de natalidad es un riesgo mucho mayor para la civilización que el calentamiento global”, como publicó Elon Musk en X, según informó Le Figaro.
Pero el pronatalismo se basa en lo que los anglosajones llaman un “altruismo efectivo”, una doctrina que busca encontrar “los medios más racionales y eficaces para proporcionar un determinado bien a los seres humanos”, según el Centre for effective altruism, aunque esto significa revestirse con los hábitos de una filantropía mecánica, desprovista de toda caridad y, por tanto, abierta a todos los excesos.
Malcolm y Simone Collins son los modelos de este pronatalismo que seduce a Silicon Valley y, en particular, al fundador de Space X. Esta pareja, que parece salida de un cómic y que encarna el modelo estadounidense, considera “la caída de la tasa de natalidad en los países desarrollados como una amenaza existencial”, según The Telegraph. ¿Qué solución proponen?
Tener muchos hijos, "mediante un enfoque racional centrado en algoritmos científicos que deciden la selección genética, los nombres del niño y la forma de crianza", según explica el diario The Conversation, que entrevistó a la pareja en mayo de 2024.
Si no se mira demasiado cerca, el pronatalismo está motivado por preocupaciones "racionales": con una tasa de fertilidad inferior a 2.1 hijos por mujer -el límite inferior del relevo generacional- muchos países desarrollados verán una disminución inexorable de la productividad económica, sin mencionar los sistemas de protección social o las pensiones.
Pero el pronatalismo no oculta otros aspectos más insidiosos e inaceptables para un cristiano: en este sistema que busca una humanidad “aumentada” efectiva, no puede haber lugar para la discapacidad, cualquiera que sea, real o supuesta.
Simone y Malcom Collins tienen actualmente tres hijos, nacidos mediante procreación médicamente asistida, cuyos embriones han sido previamente seleccionados para excluir -destruir- a aquellos que el algoritmo consideraba en riesgo de desarrollar determinadas discapacidades, “o incluso patologías como migraña u obesidad”, según ellos mismos dijeron a Bloomberg.
La pareja, que radica en Pensilvania, planea engendrar “al menos ocho hijos” y espera que “cada uno de estos niños haga lo mismo” -respetando las reglas de la tecnología- informa Le Figaro para que, en once generaciones, el mundo esté repoblado por la familia Collins...
The Guardian describe a esta pareja como "hipstereugenistas", es decir, esta clase sumamente adinerada que pretende reproducirse social y físicamente, en todos los niveles. Los Collins crearon así en 2021 la Pragmatist Foundation, una “fundación sin ánimo de lucro” en la que los gigantes tecnológicos están invirtiendo cientos de millones de euros, informa The Telegraph.
Por no hablar de las "start-ups californianas como Genomic Prediction u Orchid", que "realizan pruebas de puntuación poligénicas para seleccionar los mejores embriones antes de la fecundación in vitro", prometiendo a los padres poder "evaluar las capacidades cognitivas e intelectuales potenciales, el potencial de éxito académico e incluso los rasgos de carácter del futuro niño", como explica Cécilia Calheiros, doctora en sociología, en Le Figaro el 21 de agosto.
“La gente de Silicon Valley ha hecho los cálculos: realmente quieren reemplazar el mundo con sus hijos”, asegura Malcolm Collins a The Telegraph. En definitiva, una versión renovada de la eugenesia de Thomas Malthus. Recordemos que Malthus no buscaba la reducción de los niños en general, sino de la descendencia de los pobres, para dar paso a la de los ricos.
El premio Nobel de medicina Charles Richet abogó por la multiplicación de la raza blanca y la eliminación de los discapacitados –al prohibir la reproducción de los “no aptos”– y la política nazi quería la multiplicación de la raza ariana. Los Collins quieren la supremacía de los hijos de Silicon Valley...
Fuentes: The Conversation/The Telegraph/Le Figaro/The Guardian/Bloomberg/Centre for effective altruism – FSSPX.Actualités
Imagen: TeggorMindFish, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons