Sínodo Mundial: diferencias entre la Suiza francófona y la Suiza germanófona
Abadía de Einsiedeln
La primera fase del proceso sinodal mundial en Suiza ha finalizado: además de la plena igualdad de derechos para las mujeres en la Iglesia, los fieles quieren el fin del clericalismo que aún existe. Por este motivo, la Conferencia Episcopal de Suiza emitió un comunicado de prensa.
El lunes, la "Asamblea Sinodal Suiza" se reunió en la abadía de Einsiedeln para recabar los informes de las diócesis producto de la fase diocesana del proceso sinodal. Se abordaron las principales preocupaciones del informe sinodal nacional suizo, pero también se decidió "continuar el ser sinodal de la Iglesia en Suiza".
Las diferencias regionales salieron a relucir: "En la reflexión sobre la calidad del trabajo sinodal, las preocupaciones espirituales de la Suiza latina, más orientadas a la actitud, se complementaron con las observaciones y consejos de la Suiza alemana, más orientados a la estructura".
Se espera que el informe sinodal final se publique este verano y se envíe a Roma junto con los informes diocesanos para la fase continental (otoño 2022-primavera 2023) y mundial del proceso sinodal (otoño 2023).
Una preocupación obsesiva por la igualdad
Como parte de la primera fase del proceso sinodal mundial, los fieles suizos se pronunciaron a favor de la igualdad de derechos para mujeres y hombres en la Iglesia.
Durante la fase diocesana, la "plena participación de las mujeres" y "una inclusión más justa de los divorciados vueltos a casar o de las personas LGBT" surgieron como requisitos esenciales, según anunció el martes la Conferencia Episcopal de Suiza.
Por otro lado, se criticó el "clericalismo generalizado en ciertas partes de la Iglesia". La sinodalidad solo puede tener éxito si se superan las actitudes clericales y se desarrolla una comprensión del ministerio sacerdotal que favorezca a una Iglesia sinodal.
En otras palabras, es necesario destruir la autoridad sacerdotal -que es de derecho divino en la Iglesia- e imitar el modelo de la democracia moderna: una nivelación que desvirtúa la Revelación dada por Cristo, y que, indirectamente, interpela su autoridad sobre la Iglesia. La Iglesia debe convertirse en lo que los fieles quieran, desafiando la ley divina.
Una admisión importante
En una entrevista con el sitio de noticias kath.ch, el obispo de San Galo, Markus Büchel, expresó su confianza en el ingreso del informe del sínodo suizo en el sínodo de los obispos: "Creo que somos un eslabón importante en el sínodo mundial".
Sobre el tema de la sinodalidad, es importante "desarrollar la sensibilidad a las diferencias y ver que podemos vivir la unidad, aunque no todo sea uniforme", declaró monseñor Büchel. La cuestión de las mujeres, por ejemplo, se plantea "de manera diferente en Suiza que en otros países y culturas".
Las cuestiones específicas de las mujeres están marcadas por la Suiza alemana y la región de habla alemana. Por otro lado, de la Suiza francófona proviene el impulso de que "todo el proceso sinodal debe entenderse como un proceso espiritual".
Esta admisión quiere decir que la Suiza germanoparlante está influida por la poderosa Iglesia alemana y su Camino Sinodal, según el cual es necesario cambiar las estructuras. Por otro lado, la Suiza francófona sigue desconfiando de tal enfoque y se apega a un enfoque más tradicional de las reformas en la Iglesia, que debe provenir sobre todo de un cambio de corazones y de la conversión personal.
Fuentes: évêques.ch/katholisch.de/InfoCatolica – FSSPX.Actualités
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